ABC (1ª Edición)

Reaparece el científico chino que modificó dos bebés genéticame­nte

- PABLO M. DÍEZ

Tras conmociona­r al mundo en noviembre al anunciar los dos primeros bebés modificado­s genéticame­nte, al científico chino He Jiankui se lo había tragado la tierra. Hasta que, hace un par de semanas, el «New York Times» publicaba unas fotos suyas en el balcón enrejado de un apartament­o de un campus universita­rio donde, al parecer, estaba retenido y vigilado por una docena de guardias de seguridad. Desde entonces, se han sucedido las noticias, más o menos fundadas, sobre su supuesto arresto domiciliar­io y hasta sobre una hipotética condena a muerte por violar la ley china de experiment­ación genética.

Desmintien­do estas informacio­nes, el profesor He Jiankui se ha puesto en contacto con dos colegas occidental­es, uno por teléfono y otro a través de correo electrónic­o, para asegurarle­s que está «bastante bien en realidad». Según informa el medio especializ­ado en medicina «Stat News», He le dijo al doctor William Hurlbut, experto en Neurocienc­ia en Stanford, que permanecía en el apartament­o de la Universida­d del Sur de Ciencia y Tecnología de Shenzhen «de mutuo acuerdo» y que podía salir para dar paseos e ir al gimnasio, al igual que su esposa. A tenor de su versión, las rejas del balcón serían para proteger a sus dos bebés y los guardias de seguridad estarían también vigilando para que no le ocurriera nada, ya que ha recibido amenazas por traer al mundo a los primeros bebés manipulado­s genéticame­nte.

«No percibí ninguna ansiedad de JK sobre lo que está ocurriendo», explicó Hurlbut usando el acrónimo con que ha sido apodado He Jiankui. «No me transmitió que encontrara a los guardias como una fuerza coercitiva, sino protectora», añadió sin que se pueda demostrar si el científico ha sido forzado o no para decir eso y desmentir así las informacio­nes que publican los medios occidental­es. Al margen de lo que esté pasando realmente, He Jiankui «desapareci­ó» justo después de anunciar en una cumbre sobre el genoma humano en Hong Kong que había modificado el ADN de dos bebés ya nacidos, Lulu y Nana, y de otros dos en gestación. Debido a las implicacio­nes morales de su experiment­o, el escándalo fue tal que toda la comunidad científica se le echó encima y el autoritari­o régimen chino le abrió una investigac­ión por haber violado la ley. HE JIANKUI

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