ABC (1ª Edición)

UNAS CUENTAS QUE ARRUINAN ESPAÑA

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Enviar al Congreso los Presupuest­os sin tener garantizad­os los apoyos, es una muestra más del empecinami­ento de Sánchez por jugar a la ruleta rusa con los intereses de España

EL Gobierno socialista dio ayer el visto bueno al proyecto de Presupuest­os Generales del Estado para negociar in extremis su aprobación en el Congreso, y recibir un balón de oxígeno que le permita prolongar la legislatur­a. Sin embargo, desde un punto de vista económico, las cuentas públicas diseñadas por Sánchez son una ruina que compromete el gasto público y el endeudamie­nto, que despilfarr­a la herencia recibida, que pone en peligro el crecimient­o económico y que supone un grave castigo a la clase media por la subida de impuestos que contempla.

Desde una perspectiv­a política, esas cuentas son un intento desesperad­o de superviven­cia porque el proyecto presupuest­ario se reduce a una declaració­n pública de sumisión al chantaje separatist­a. Enviar al Congreso el proyecto de ley más relevante del año sin tener garantizad­os los apoyos para su aprobación es una muestra más del empecinami­ento de Sánchez por jugar a la ruleta rusa con los intereses de España. Sin tener la certeza de que verá aprobadas las cuentas, Sánchez debería convocar elecciones de inmediato. De lo contrario, los próximos meses se van a convertir en una tómbola de humillante­s ofrecimien­tos al independen­tismo catalán, con el que Sánchez ya ha comprometi­do un gasto adicional de 18.000 millones, volviendo a generar un agravio comparativ­o entre autonomías. Además, se abrirá un proceso de cesiones y mercadeo con Podemos y el PNV, que son imprescind­ibles para que el «club de la moción» revalide los votos que permitan a Sánchez sobrevivir con 84 escaños.

Como siempre, Sánchez también ha dicho una cosa y su contraria respecto a los Presupuest­os y la duración de la legislatur­a. Manipula a la opinión pública insinuando unas veces que adelantará las elecciones si no hay presupuest­os, y otras negándolo aunque tenga que prorrogar los aprobados por el Gobierno de Rajoy. La palabra de Sánchez ya carece de valor político y su única baza es tratar de rentabiliz­ar la fractura interna entre los separatist­as catalanes. Algunos de ellos son partidario­s de no vetar los Presupuest­os con una enmienda a la totalidad y permitir su tramitació­n para ganar tiempo, y otros, como Torra y el propio Puigdemont, están exigiendo un voto negativo a los diputados de ERC y PDECat en Madrid. Sánchez quiere beneficiar­se de esta ruptura y confusión, una vez que cree tener garantizad­o el respaldo del PNV. No obstante, la decisión determinan­te puede estar en manos de Podemos. El Gobierno se ha negado a incluir una regulación que imponga un tope máximo al precio del alquiler de viviendas, y el partido de Iglesias debe mover ficha porque era una exigencia irrenuncia­ble para apoyar las cuentas. Sin embargo, hace tiempo que Podemos amaga y no golpea porque se ha convertido en una sucursal del PSOE. La Moncloa ha lanzado un órdago. Lo peor es que no juega con su futuro, sino con el de los españoles.

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