Susana Díaz desafía a Ferraz y aspira a seguir hasta las próximas elecciones
∑ Rechaza asumir un puesto simbólico y apuesta por «recuperar» la Junta Familia no es «obstáculo» en Cs
Después de un mes alejada de los focos, Susana Díaz reapareció ayer en una comparecencia pública en la sede regional del PSOE. Con el claro compromiso de aspirar a quedarse como jefa de la oposición al gobierno de Juanma Moreno: «Es lo mínimo que tiene que hacer un dirigente cuando gana, aunque no pueda formar gobierno», dijo espantando las primeras voces disidentes que se abren paso en Andalucía y para que su mensaje se escuche también en la sede socialista de Ferraz, donde se habla sin tapujos de un fin de ciclo tras la pérdida del poder.
A su lícita aspiración de liderar la oposición, el delegado del Gobierno en Andalucía y miembro de la Comisión Ejecutiva Federal, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, opuso, apenas minutos después de que Díaz se pronunciara, otro «dato objetivo e incontestable»: «Se ha cerrado un ciclo, ya que el PSOE, que ha gobernado durante 36 años, previsiblemente a partir de la semana que viene no lo hará». Frente a quienes en la dirección federal cocinan a fuego lento y con sigilo su recambio, la secretaria general del PSOE andaluz y presidenta en funciones de la Junta manifestó su «voluntad» de quedarse el tiempo que haga falta. Al menos hasta las siguientes autonómicas. El relevo no será nunca antes El secretario general de Cs, José Manuel Villegas, aseveró ayer en el Congreso que la consejería de Familia exigida por Vox no será un «obstáculo» para el gobierno de cambio. Eso sí, aunque la formación de Santiago Abascal reclama un departamento exclusivo para estas políticas, desde Cs no dan por cerrado «el nombre» ni la estructura del mismo.
«El gobierno de coalición de PP y Cs va a tener 90 medidas naranjas como programa», avisó Villegas, quien anunció que protegerán «esas familias diversas del siglo XXI». de las elecciones municipales de mayo, donde la primera prueba de fuego son unas listas que deberán integrar a los «sanchistas», que no tuvieron ningún hueco en las candidaturas autonómicas.
No cree que tarde mucho en romperse la alianza de PP y Cs, con el apoyo a la investidura de Vox, al que se refirió como «la ultraderecha». El futuro gobierno, cuya legitimidad reconoce, está instalado en «la inestabilidad de no saber cuando nos vamos a enfrentar a unas elecciones», que espera que sean «inminentes». Desde el PP andaluz ayer le respondieron que es Díaz quien trata de escapar de su «propia inestabilidad» interna. Rodeada de sus equipo de máxima confianza, integrado por el vicepresi- Susana Díaz, ayer, en la sede del PSOE andaluz
dente en funciones Manuel Jiménez Barrios, el portavoz del Gobierno, Juan Carlos Blanco, y los consejeros José Fiscal y Rodrigo Sánchez Haro y la dirigente socialista Verónica Pérez, la presidenta se reivindicó como presente y futuro del PSOE andaluz. «Evidentemente» quiere ser la próxima candidata a la Presidencia de la Junta para «recuperar» el Gobierno que ha perdido tras 36 años y medio de hegemonía institucional. Para ello tendría que volver a pasar por un proceso de primarias, que podría no ser un paseo militar como lo fue en julio de
2017, cuando no tuvo rival. «Es mi responsabilidad, que además coincide con mi voluntad», subrayó cuando los periodistas le preguntaron si iba a concurrir a los próximos comicios. En sus cálculos no está ni por asomo cambiar el Palacio de San Telmo por un puesto simbólico, propio de un político en tiempo de descuento, como es el Senado. «No quiero ser senadora por la comunidad. Sólo quiero estar al frente del grupo parlamentario para ejercer una oposición responsable que cuanto antes nos devuelva al gobierno de Andalucía».