El fantasma de la xenofobia
sinato en julio de 2017 de una niña de 13 años, por el que la fiscalía ha presentado cargos contra un refugiado sirio de 28 años que había sido admitido en el país apenas dos meses antes.
«Generalizar y relacionar inmigración y casos como este no es útil en una sociedad diversa, plural e inclusiva como la nuestra», dijo el primer ministro en un mitin que mantuvo en Kamloops, en la provincia de Columbia Británica, el miércoles. Cada año, Canadá recibe a unos 44.000 refugiados, en gran parte procedentes de Siria. El propio ministro de Inmigración, de 43 años, es un refugiado que huyó del conflicto en su Somalia natal a los 16.
A diferencia de EE.UU., Canadá tiene una frontera en gran parte intransitable que además sólo comparte con la primera potencia económica mundial. La inmensa mayoría sus inmigrantes llega por avión, lo que facilita notablemente el control del flujo migratorio sin necesidad de muros como el que la Casa Blanca pelea ahora por construir.
Las restricciones que Trump ha impuesto sobre los visados de trabajo que EE.UU. concede a extranjeros altamente cualificados han revitalizado la industria tecnológica de Canadá, que aspira a competir con Silicon Valley.
Akshaya Murali, nacida en India, trabajó durante una década para Microsoft y Expedia en San Francisco. Cansada de tener que renovar un visado tras otro, pidió la residencia permanente en Canadá y la obtuvo. Ahora trabaja en Toronto para la empresa Remitly gracias a las gestiones de MobSquad, un servicio que ayuda a trasladar a Canadá a trabajadores altamente cualificados, como ingenieros. Murali dice estar contenta con el cambio, ya que el coste de vida en Toronto es menor que en San Francisco. «Sólo hay un pero: aquí hace mucho más frío», asegura.
Excepción mundial El envejecimiento y la falta de mano de obra han llevado a tomar la decisión
En Quebec ganó un partido que reducirá un 20% las cuotas de inmigrantes