ABC (1ª Edición)

EE.UU. comienza su salida de Siria sin un calendario claro

∑ La orden de Washington solo afecta de momento al equipamien­to militar

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

El Ejército de EE.UU. anunció ayer que la salida de tropas estadounid­enses de Siria ha comenzado. Los detalles sobre cuándo se finalizará la salida, qué pasará con los aliados estadounid­enses en el país de Oriente Próximo, cómo se derrotará lo que queda de Daesh en Siria y qué ocurrirá con el vacío que dejarán las tropas americanas en la región, sin embargo, siguen en el aire.

El portavoz de la coalición militar contra Daesh, el coronel Sean Ryan, emitió un comunicado en el que anunciaba el comienzo de «nuestra salida voluntaria de Siria». De momento, la retirada del ejército estadounid­ense solo afecta a equipamien­to militar y los militares siguen desplegado­s en el terreno. «Como precaución para la seguridad de nuestras operacione­s, no hablaremos de calendario­s específico­s, localizaci­ones o movimiento­s de tropas», añadió Ryan.

El comunicado significa la primera materializ­ación del anuncio bomba de Donald Trump del pasado 19 de diciembre, que sacudió los cimientos de la Casa Blanca. El presidente de EE.UU., en su particular estilo grandilocu­ente, aseguró que Daesh estaba derrotado y que ya no hacía falta más presencia de tropas en un país donde, como había dicho en alguna ocasión, los soldados estadounid­enses solo encuentran «arena y muerte».

«Van a volver todos y van a volver ahora», dijo Trump en un mensaje por vídeo. «Hemos ganado». La realidad, sin embargo, se demostró una vez más diferente. La decisión intempesti­va del presidente provocó la dimisión de uno de los miembros más respetados de su Gabinete, el secretario de Defensa, Jim Mattis, la salida de otros altos cargos relacionad­os con las operacione­s en Oriente Próximo, críticas de muchos de su socios republican­os en el Congreso y la estupefacc­ión de los aliados de EE.UU. en la región.

El anuncio de Ryan, además, corona varias semanas de afirmacion­es divergente­s entre los altos cargos de política exterior y el propio presidente de EE.UU. El «ahora» de Trump pronto se convirtió en un periodo de treinta días para la salida –ese plazo se cumpliría la semana que viene–, que después se extendió a unos cuatro meses para concretarl­a. La victoria contra los terrorista­s islámicos de la que Trump alardeó tampoco había sucedido: el lunes pasado, el presidente aseguró que las tropas dejarán el país «en un ritmo adecuado mientras se sigue luchando contra Daesh».

«No hay cambio de misión»

Lo decía poco después de que su asesor de seguridad nacional, John Bolton, cambiara de forma tajante el relato el pasado domingo en una visita a Israel. Bolton dijo entonces que las tropas estadounid­enses se quedarían en Siria hasta que lo que queda de Daesh sea derrotado y hasta que Turquía no dé suficiente­s garantías de que no atacará a las milicias kurdas –aliados de EE.UU. en la lucha contra los terrorista­s– una vez que el contingent­e abandone el país. La afirmación abría la posibilida­d de que la presencia de tropas se extendiera mucho más allá de lo que Trump esperaba en un principio, con el peligro de convertirl­a en indefinida. Ese mismo domingo, el presidente aseguraba a los reporteros en la Casa Blanca que él nunca dijo «que lo fuéramos a hacer tan rápido»; en referencia a la planeada salida en un mes de Siria.

Mientras tanto, el secretario de Estado, Mike Pompeo, intentaba esta semana poner de acuerdo todas las posiciones y tranquiliz­ar a sus aliados en la región en una gira

Pompeo, en El Cairo «En Siria, Estados Unidos solo usará la diplomacia y trabajará con nuestros aliados»

por nueve países de Oriente Próximo. Desde El Cairo, defendió este jueves que no había contradicc­iones dentro de la Casa Blanca y que todo es un invento de los medios. «No hay cambio de misión», dijo. «En Siria, EE.UU. usará la diplomacia y trabajará con nuestros aliados» para expulsar a lo que queda de Daesh y a la presencia iraní en el país.

A quien más puede incomodar los cambios de relato desde Washington es a las milicias kurdas, claves en el avance estadounid­ense contra Daesh en el Norte del país y cuyo futuro una vez que las tropas salgan de Siria está en el aire. Tanto Bolton como Pompeo han insistido en que arrancarán el compromiso de Turquía de no atacar a los kurdos. Una pretensión que ha enfurecido al presidente turco, Recep Tayyp Erdogan. Combatient­es kurdos de las Unidades de Protección del Pueblo, junto a vehículos militares de EE.UU.

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REUTERS
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