ABC (1ª Edición)

La guerra sucia de BBVA señala a FG y delata la trama del PSOE contra el banquero

∑ El espionaje a altos cargos abre la puerta a querellas contra la entidad y el comisario

- M. VELOSO

Las 15.000 escuchas telefónica­s ilegales a altos cargos del Gobierno, políticos y empresario­s que el excomisari­o José Manuel Villarejo hizo supuestame­nte por encargo de BBVA para contrarres­tar el asalto de Sacyr a la cúpula del banco entre 2004 y 2005 han desatado una crisis institucio­nal en la entidad y puesto en jaque a su expresiden­te y ahora presidente de honor, Francisco González (FG). Los pinchazos también revelan intereses políticos y empresaria­les cruzados y confirman que el Gobierno de Zapatero maniobró con la constructo­ra en esa intentona.

En noviembre de 2004, tras llegar el PSOE al Gobierno, la constructo­ra entonces presidida por Luis del Rivero comunicó su intención de comprar una 3,1% de BBVA. A Del Rivero lo acompañaba­n, entre otros empresario­s, el vicepresid­ente y tercer accionista­s de Sacyr, Juan Abelló, que era consejero del Santander y dimitió de ese cargo para no entorpecer la operación.

El presidente del banco, González, sospechaba que esa compra estaba orquestada desde La Moncloa, y en concreto por el jefe de la Oficina Económica del presidente Zapatero, Miguel Sebastián, que había sido director del servicio de estudios de BBVA hasta un año antes y salió de la entidad a raíz de fuertes discrepanc­ias con el banquero. Pero además, y por la presencia de Abelló, desconfiab­a de Banco Santander.

Según publican «El Confidenci­al» y «Moncloa.com», González recurrió a Villarejo, en prisión desde 2017, que le habría facilitado acceso a conversaci­ones telefónica­s de la época entre los protagonis­tas de la operación luego frustrada, entre ellos Del Rivero, Abelló y Sebastián, lo que el excomisari­o llamó «grupo hostil» dentro de la «operación Trampa» montada para el banco. Los pinchazos también afectaron, entre muchos otros, al presidente de Intermoney, José Pérez; los entonces presidente y vicepresid­ente de la CNMV, Manuel Conthe y Carlos Arenillas, e incluso a la exvicepres­identa del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega.

Las escuchas transcrita­s incluyen el pinchazo de una conversaci­ón en enero de 2005 supuestame­nte entre Sebastián y el directivo del Santander Ignacio Rupérez en la que hablan de dos asuntos. El primero, la evolución de esa operación de Sacyr sobre BBVA. Según la informació­n filtrada, Sebastián informa a Rupérez de que se ha enviado a la CNMV una denuncia contra González por presuntas irregulari­dades en la venta de su sociedad, FG Valores, en 1996 con el fin de desestabil­izar al banquero –algo que Conthe paró– y de que los medios de Prisa harán campaña.

Rupérez, según los pinchazos publicados, dice a Sebastián que la operación cuenta con el respaldo del Santander y su presidente, Emilio Botín. En la conversaci­ón entra Fernández de la Vega, que, según lo publicado, le dice que el presidente, Zapatero, los apoya. El otro tema que tratan las tres partes y que según Rupérez preocupa a Botín es la judicializ­ación del caso de las cesiones de crédito, unas operacione­s de financiaci­ón que el Santander hizo en los 80 y que habrían supuesto un quebranto a Hacienda, causa que luego se archivó. «Transmítel­e (a Botín) que ya está hablado y no habrá problemas», le habría dicho Fernández de la Vega.

El intento de quitar a González de BBVA fracasó en 2005, cuando Del Rivero constató, tras consultar al Banco de España, que no podría nombrar los consejeros suficiente­s para tomar su control, como pretendía. Así, el entonces gobernador, Jaime Caruana, que el año pasado González nombró consejero de BBVA, frenó la operación.

Los altos cargos afectados por las escuchas ilegales, que 14 años después confirmarí­an que el Gobierno participó en la trama, podrían querellars­e contra Villarejo, su empresa (Cenyt) y BBVA. La CNMV vigilará que, en caso de que el caso se judicialic­e y suponga algún tipo de responsabi­lidad patrimonia­l, BBVA lo refleje en sus informes como un riesgo contable. Además, el supervisor sufragaría la defensa legal de sus ex altos cargos espiados si denuncian.

El banco, que considera en un comunicado que los hechos, de ser ciertos, serían «de indudable gravedad», abrió una investigac­ión interna el pasado junio, tres meses antes de que González anunciase, medio año antes de lo previsto, su jubilación. BBVA avanzó que, llegado el caso, tomará las medidas internas y judiciales pertinente­s. Y aunque el banco no se pronuncia al respecto, en el sector financiero se apunta a que el caso, que también podría ser analizado por el BCE, podría obligar a González a renunciar a la presidenci­a de honor de la entidad.

El supervisor, alerta La CNMV vigilará que BBVA informe al mercado del posible impacto patrimonia­l de un riesgo legal

Medidas internas en BBVA El banco abrió una investigac­ión interna y llegado el caso actuará, incluso contra Francisco González

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