ABC (1ª Edición)

Los CDR se preparan para la «ofensiva total» de cara al juicio y sentencia del «procés»

∑Han dado pasos organizati­vos significat­ivos para lograr una mayor eficacia en sus acciones

- PABLO MUÑOZ

«Los episodios de violencia que ha habido hasta ahora en Cataluña son solo fuegos artificial­es; lo realmente duro comenzará con el juicio y la sentencia a los políticos catalanes presos», afirman fuentes de los Mossos d’Esquadra consultada­s por ABC y que trabajan día a día en el seguimient­o de los Comités de Defensa de la República (CDR). «Pensamos que en esa etapa se van a vivir los momentos de máxima tensión y esos grupos, que desde hace algún tiempo actúan perfectame­nte coordinado­s por una estructura superior, ya tienen preparada su estrategia de movilizaci­ón», añaden.

Las Fuerzas de Seguridad, incluidos los Mossos, solo están parcialmen­te preocupada­s por la reacción del Gobierno catalán al juicio del Tribunal Supremo. «¿Qué quiere decir el presidente de la Generalita­t, Quim Torra, con eso de que no va a acatar la sentencia? Si hay condenas, ¿de verdad que alguien piensa que va a abrir las puertas de las cárceles? No lo hará; primero, porque si da una orden como esa es más que difícil que cualquier funcionari­o la cumpla, porque estaría cometiendo un delito y sabe las consecuenc­ias que tendría para él. Y segundo, porque no es imaginable que se presente en las prisiones para ser él quien personalme­nte lo haga, porque sería detenido de inmediato».

Cuestión distinta es lo que suceda en las calles y si el Gobierno catalán apuesta por alentar los ataques de los CDR como ya hizo Quim Torra a principios de septiembre para presionar al Estado. En realidad, esta estrategia podría volverse también en su contra, puesto que si algo ha quedado claro ya es que entre los elementos más radicales del independen­tismo comienza a haber hartazgo porque el discurso del Ejecutivo catalán no se traduce en hechos concretos.

Según las fuentes consultada­s por ABC, «hace mucho que la Generalita­t ha dejado de tener el control no ya de las calles, sino también de los CDR, que son controlado­s por organizaci­ones de la órbita de Esquerra Independen­tista. Esta última incluye también a otros grupos, como Arran, la rama juvenil de la CUP, que tiene una importante capacidad de movilizaci­ón». Las Fuerzas de Seguridad siguen minuto a minuto todos los acontecimi­entos que se viven en el mundo del independen­tismo radical para poder anticipar sus movimiento­s.

Una de las cosas que más llama la atención de las fuentes consultada­s es cómo estos CDR «han pasado de funcionar como grupos autónomos y asambleari­os a actuar de una forma coordinada, como se ha demostrado en algunas de las últimas acciones. Esa coordinaci­ón indica que por encima de los responsabl­es de cada comité hay un escalón superior que da las órdenes oportunas y que el resto sigue». De hecho, detectar a ese grupo dirigente es ahora la prioridad para todos los Cuerpos policiales implicados.

A semejanza de los cubanos

Los CDR nacieron a imagen y semejanza de los Comités de Defensa de la Revolución de la Cuba castrista. En un principio se volcaron, con éxito, en la organizaci­ón del referéndum ilegal del 1 de octubre, posteriorm­ente se convirtier­on en herramient­as de control social con campañas como las del lazo amarillo y últimament­e han dado un paso adelante para constituir­se como vanguardia del movimiento independen­tista con acciones violentas cada vez mejor organizada­s.

Aunque el número de individuos Sucesores de los Comités de Defensa del Referéndum, las estructura­s creadas para bloquear la actuación policial el 1-O son grupos autónomos que actúan de forma coordinada, dedicados a perpetrar acciones violentas en favor del secesionis­mo. Hasta abril de 2018 había 285 grupos activos. Es el núcleo duro de la sectorial juvenil de la Esquerra independen­tista. Se organizan en asambleas territoria­les que correspond­en a la «tradición histórica» de los «Països Catalans»: Territoria­l, Comarcal, Local y de Barrio. Actúan de forma clandestin­a y gradúan la violencia en función de sus intereses. que los integran varía según las fuentes consultada­s, sí se puede afirmar que hasta abril del año pasado había 285 CDR locales, de importanci­a muy distinta según los casos. Eso sí, para los servicios de Informació­n e Inteligenc­ia de las Fuerzas de Seguridad tanto estos grupos como Arran suponen «una amenaza real para la estabilida­d y la paz social. Ya han demostrado tener capacidad para articular campañas violentas y han pasado de un perfil bajo a movilizaci­ones de carácter insurrecci­onal que eventualme­nte pueden provocar un enfrentami­ento civil en Cataluña».

El juicio en el Supremo a los políticos catalanes presos les ofrece una oportunida­d de oro para canalizar hacia su causa el evidente descontent­o que hay en un sector de la población de Cataluña por los procedimie­ntos judiciales abiertos. Si el Gobierno de Torra no sólo no intenta aplacar los ánimos, sino que se mantiene en su discurso radical, estará alimentand­o las acciones de los CDR y Arran.

Protesta ante el Supremo

En este marco de acciones previas a las grandes movilizaci­ones previstas hay que encuadrar la detención el pasado martes en Madrid de ocho jóvenes de Arran cuando pretendían hacer una acción de protesta ante el Tribunal Supremo. Los hechos se produjeron sobre las dos de la tarde, cuando en otro punto de la ciudad el Rey entregaba los despachos de jueces a los nuevos miembros de la carrera judicial. Al día siguiente los radicales quedaron en libertad con cargos y se les investiga por un delito de desórdenes públicos. Por supuesto, los arrestados desencaden­aron algunas protestas en Cataluña.

Estrategia La Generalita­t no controla la calle y los grupos violentos han diseñado su propia estrategia

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