La derecha radical alemana quiere abolir la Eurocámara
Con el voto en los Comunes sobre el Brexit y el arranque de las campañas electorales de los euroescépticos, la UE vivirá días decisivos ∑ AfD, el partido anti inmigración alemán, amenaza con la salida de Alemania de la UE
tica nacional, llevar personalmente las negociaciones con las familias de extrema derecha, populistas y euroescépticas, con el fin de lanzar colectivamente un «gran proyecto de reforma de la Unión Europea».
La crisis nacional de los chalecos amarillos ha relanzado de manera espectacular todas las ambiciones de Marine Le Pen. En la franquicia chalecos amarillos se confunden grupúsculos de extrema derecha, extrema izquierda y muy distintas sensibilidades. Marine Le Pen defiende las «pasarelas» que «unen» (¿?) a su partido con la Francia Insumisa (FI, extrema izquierda) de Jean-Luc Mélenchon. Conociendo ese arco iris de sensibilidades, no siempre convergentes, Le Pen coqueteó ayer con la «unión nacional», en estos términos: «Todos somos chalecos amarillos».
Le Pen comienza la larga marcha de las elecciones europeas del mes de mayo que viene en posición de ventaja, con un 24% de intenciones de voto, cuando La República en Marcha, el partido de Emmanuel Macron, solo tiene un 18 %. Quizá sea sintomático que la extrema derecha francesa tenga más intencion de voto que socialistas, comunistas y extrema izquierda juntos (15 %). «Abolir el Parlamento Europeo por su déficit de legitimación democrática» y salida de Alemania de la UE (Dexit) «si sus instituciones no son satisfactoriamente reformadas en un plazo razonable». Estas dos promesas electorales centrarán el programa del partido antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD) en la campaña de las europeas de mayo, tal y como ha decidido el partido en el congreso que cierra hoy en Riesa. «Vemos la competencia legislativa exclusivamente en los Estados nacionales», afirma la resolución. «Si nuestras propuestas básicas de reforma no pueden ser concretadas en el actual sistema de la UE en un tiempo razonable, consideramos que es necesaria como última opción una salida de Alemania o una disolución ordenada de la Unión Europea y la fundación de una nueva comunidad europea de intereses y asuntos económicos», dice textualmente el documento aprobado. Adjunto a este, figura un plan elaborado por la comisión que elabora el programa y que detalla la hoja de ruta para una desconexión de Alemania de la UE en cinco años.
Hay que decir que el documento fue relativamente suavizado a lo largo del congreso, puesto que el borrador inicial hablaba del Dexit como opción prioritaria y terminó definida como plan B, «solo si nuestros enfoques básicos de reforma del sistema europeo no se llevan a cabo de forma oportuna», pero aun así es esgrimido como una amenaza en toda regla. En ese primer papel se proponía el Dexit «si nuestras reivindicaciones no son atendidas en el plazo de una legislatura», hasta 2024, pero en el documento final no consta ese apremiante plazo. «Por mucho que tenga ganas de abolir ese aparato totalitario, corrupto, inflado, no democrático y descontrolado, debemos tener en cuenta que las consecuencias son imprevisibles», rebajaba el listón el copresidente de AfD, Alexander Gauland, «porque un camino en solitario siempre será tomado por nuestros vecinos como sospechoso porque nos tienen miedo». Gauland celebró el Brexit, «que restaura un estado geopolítico más normal en la historia que una Europa unificada».
AfD obtendría en las europeas el 14,5% de los votos, tras democristianos, verdes y socialdemócratas,