ÍÑIGO ERREJÓN
DIPUTADO DE PODEMOS Un futuro sin el corsé de Iglesias
Diputado de Podemos
En el quinto aniversario de Podemos, uno de sus fundadores –y hasta ayer era su candidato a la Comunidad de Madrid– destrozó todos los planes que Pablo Iglesias dejó escritos antes de coger su baja paternal en diciembre. Íñigo Errejón formalizó ayer su descontento con la estrategia personalista de Iglesias y abrió una nueva etapa política tan llena de incógnitas como de oportunidades para su proyección personal. El tiempo dirá, pero Errejón decidió ayer abandonar los corsés con los que Iglesias le maniató tras ganarle en Vistalegre II. Él, que marcó la estrategia de Podemos hasta que do saber ABC, los «errejonista» defienden que su planteamiento es el de una plataforma que en Podemos no es ninguna novedad y que tiene como pretensión mejorar los resultados electorales. En otras palabras, no esperan que el Consejo de Coordinación le expediente como sí ocurrió con los seis concejales díscolos de Ahora Madrid.
La revancha de Vistalegre II
El movimiento de Errejón dilata sin duda su futuro en la política. Presentarse a los comicios autonómicos con Más Madrid le permite crear y controlar su propio espacio político. Además, sabe que un candidato desconocido de Podemos lo tendrá difícil contra contra su támdem con la regidora.
La historia viene de largo. Después de enfrentarse y perder contra Iglesias en Vistalegre II, el secretario general entendió que la capacidad de movilización del censo de su adversario podía amenazar su liderazgo. Al no Iglesias se lo permitió, tiene un concepto diferente de la política, y un planteamiento más pragmático de la actividad pública: un espacio político más abierto y transversal. El instrumento que pudo ser Podemos será ahora su alianza con la regidora de Madrid, Manuela Carmena, y su plataforma «Ahora Madrid». Crítico con el sector oficialista, Errejón ha sido el último cofundador en abandonar el barco, lo que ayer aplaudieron Carolina Bescansa y Luis Alegre. Concurrir con Carmena es un movimiento arriesgado en lo personal, pero también es un laboratorio que tal vez pueda proyectarse a nivel nacional. El roto que Errejón provoca en Podemos se puede cuantificar: él solo arrastra al 36% de los apoyos que sumó en Vistalegre. Pero también tiene repercusiones cualitativas: es el mayor batacazo para el proyecto autoritario y personalista de Iglesias. poder echarlo, decidió buscar un apaño: reducirlo y apartarlo a la Comunidad de Madrid donde le prometió libertad de maniobra que nunca fue real y de la que Errejón no dejó de quejarse.
La decisión de presentarse con Mas Madrid es un movimiento para caminar hacia el modelo de partido que planteaba cuando perdió el duelo en aquel congreso. Es su revancha. Por otro lado, concurrir con la plataforma de Carmena será el laboratorio perfecto para Errejón. Si logra afianzar su proyecto autonómico podría en un futuro proyectarlo en clave nacional. Aunque en su entorno dicen que este no es el objetivo principal de su reto junto a Carmena, salta a la vista que la plataforma autonómica se configura como un precedente. En el día de su quinto cumpleaños, el futuro de Podemos pinta negro. A la ruptura entre Iglesias y Errejón se suman el resto de crisis que el partido arrastra desde antes del verano, empezando por los malos resultados en los sondeos.
La última encuesta de GAD3 para ABC revela que si las elecciones generales se celebrasen hoy Unidos Podemos solo lograría 38 escaños. Esto significa dos cosas: la primera, que sacarían 33 diputados menos de los que obtuvo el 26-J de 2016; la segunda, que la confluencia Izquierda Unida y Podemos no ha funcionado.
El barómetro del CIS de diciembre reveló que Podemos y sus confluencias bajaron 3,1 puntos en tan solo un mes, del 18% al 14,9%. Amén de que el secretario general, Pablo Iglesias, y el coordinador estatal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, son los líderes peor valorados por los españoles: un 2,9 y un 3,3 respectivamente. Pese a ello, Iglesias salió revalidado de las primarias internas hace un mes, un proceso interno que solo movilizó al 12% de su censo, es decir, casi cuatro puntos porcentuales menos que en la consulta de 2015 –al comparar el número de inscritos actual con el de entonces–.
El descontento es palpable, y más si se suma que no se presentaron rivales potenciales que pudieran competir contra él para que el desarrollo fuese más plural. La realidad es que no hay adversarios. Los que discrepan con la dirección nacional y el núcleo duro de Podemos se han ido desvaneciendo o han sido purgados. De aquella famosa fotografía del congreso que vio nacer a la formación donde se abrazaban Pablo Iglesias, Luis Alegre, Íñigo Errejón, Juan Carlos Monedero y Carolina Bescansa ya solo queda el secretario general. A nadie sorprende que ayer Bescansa y Alegre fuesen de los primeros en felicitar y aplaudir el anuncio de Errejón y Carmena. Un amargo quinto cumpleaños.