ABC (1ª Edición)

Caixabank cifra su excedente de personal en 2.157 empleados

∑ La Comunidad de Madrid concentra el grueso de los recortes y Barcelona se libra

- ÀLEX GUBERN

Los sindicatos estimaban un ajuste de entre 2.000 y 2.400 empleos y finalmente serán 2.157 l os trabajador­es de Caixabank que van a verse afectados por la reestructu­ración que pretende llevar a cabo la entidad. En una reunión celebrada ayer en Madrid –es esta comunidad la más afectada por los ajustes– la dirección comunicó a los representa­ntes sindicales la medida exacta del tijeretazo, fruto del cierre y cambio de modelo de sucursales que se pretende realizar.

El ajuste de personal representa adelgazar en un 7,3% la actual plantilla, mientras que el cierre de oficinas (793) implica clausurar el 18%, según traza el plan estratégic­o 2019-2021, que apuesta por el modelo de sucursal «store» –de mayor tamaño y oferta de servicios–, hasta llegar a las 700 (en un primer momento se habló de 600), a la vez que se consolida el modelo AgroBank en el ámbito rural para poblacione­s con menos de 10.000 habitantes. Todo este proceso es paralelo a la decidida apuesta por la digitaliza­ción a través del servicio de atención remota, pasando de los 900 gestores actuales a 2.000, precisan fuentes de la entidad.

Menos sucursales

De las 2.157 salidas planteadas por la dirección, 1.913 correspond­en a personal de oficinas, de las que se pretenden cerrar hasta 793.

Reparto desigual

Mientras que Barcelona se libra de los recortes, de Madrid saldrán 477 empleados, 142 de Valencia y 128 de Sevilla.

Ampliación de horario

Además de pactar las salidas, la dirección de Caixabank quiere acordar también una ampliación del horario de las oficinas.

Las mismas fuentes apuntaron a ABC que todo el proceso se realiza «con la firme voluntad de llegar a un acuerdo consensuad­o tras el proceso de negociació­n abierto el pasado 10 de enero».

Desde los sindicatos se añade que no aceptarán medidas forzosas y se insta a facilitar las salidas mediante bajas incentivad­as, tal y como, reconocen ellos mismos, se ha venido realizando en los anteriores ajustes. El más importante, el de 2013, supuso la salida de 2.600 personas tras la integració­n de Banca Cívica.

Según la informació­n que facilitó ayer la empresa a los sindicatos, de los 2.157 empleados que deben salir, 1.913 correspond­en a sucursales y 244 al resto de servicios. El reparto geográfico del ajuste es desigual. Así, por ejemplo, en la provincia de Barcelona, pese a ser donde más oficinas se cerrarán, no está previsto ajuste alguno, en tanto que, tal y como explican los sindicatos, hay un déficit de personal crónico desde hace años. Por contra, la zona más afectada es Madrid, con 477 salidas. Le siguen Valencia (142), Sevilla (128), Navarra (106) y Tenerife (101).

Medidas no traumática­s

Aun reconocien­do que los anteriores ajustes se han realizado de manera no traumática, los representa­ntes sindicales explican a este periódico que las cifras están «infladas», y que no hay razón que justifique una reducción tan drástica, insisten desde CC.OO. y UGT. Los representa­ntes de los trabajador­es reclaman que se abra un periodo de negociació­n no limitado a los plazos legales de modo que se evite la aplicación del ERE y se faciliten las salidas voluntaria­s.

Además de pactar cómo se llevan a cabo las salidas, la otra gran cuestión que está sobre la mesa es el de las condicione­s laborales, sobre todo por lo que respecta a los horarios de apertura al público de las oficinas. La dirección pretende ampliarlos (alargar de 14 a 14.45 horas, excepto en verano) y abrir dos tardes a la semana. Los sindicatos rechazan también la movilidad geográfica.

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