El socialismo ha sido, desde sus orígenes, una ideología histérica
HISTERIAS
LA histeria es un trastorno del deseo: A cree desear a B cuando realmente desea a C. Esta situación, generalmente sin salida, produce síntomas variopintos: desde ceguera a embarazos histéricos y, en todo caso, hiperestesia y ataques de nervios. Durante mucho tiempo se creyó que se trataba de un desarreglo típicamente femenino. Los griegos pensaban que el útero (hystera) era un órgano móvil que saltaba de un lado a otro en el cuerpo de las histéricas provocándoles todo tipo de alteraciones. El psicoanálisis le atribuyó una etiología psíquica y libidinal, lo que, dígase lo que se quiera, fue un avance.
El socialismo sedicentemente democrático es una ideología histérica: afirma desear la democracia pero desea la dictadura del proletariado, o sea, la dictadura perpetua del partido socialista. La democracia liberal es, como su nombre indica, un invento del liberalismo en el que los socialistas jamás tuvieron nada que ver. Para los socialistas, la democracia liberal representa sólo un medio para acercarse gradualmente al verdadero objeto de su deseo. Y si les parece que va demasiado lenta para su gusto, no tienen empacho alguno en cargársela, como ya lo anunció Largo Caballero en la campaña electoral de 1933 y pusieron por obra él mismo y Prieto un año después, con el argumento de que resultaba intolerable la entrada de la CEDA en el Gobierno de la II República. La democracia sólo es aceptable para los socialistas en la medida en