PARA ENTENDER AL PAPA FRANCISCO
«La aparición de un Papa como Francisco ha sido un benéfico puñetazo que el Espíritu Santo nos ha dado»
on reiterada insistencia se ha escrito que el cardenal Angelo Scola, arzobispo emérito de Milán, fue el contrincante del Papa Francisco en el último cónclave. Un hecho que, al cardenal Scola, le ha acarreado una cierta marginación eclesial al considerarle el cardenal nostálgico de los papas precedentes, el candidato del pasado. Un estereotipo que se aplica con demasiada frecuencia en la Iglesia y que así evita, para quienes lo utilizan, el sano ejercicio de salir de sí mismos.
Para conocer al cardenal Scola, para saber de su pensamiento, para comprender mejor al Papa Francisco, para percibir la evolución reciente de la Iglesia y no perdernos en lo accidental, y para oxigenarnos ante tanta toxicidad ambiental, tenemos la suerte de contar ya con la edición española de la autobiografía del cardenal Scola, que tiene el sugerente título de «He apostado por la libertad»(Encuentro). Me fijaré, como cata, en algunas de sus afirmaciones sobre el Papa Francisco y el actual pontificado.
El que fuera Rector de la Universidad Lateranense considera que «la aparición de un Papa como Francisco ha sido un benéfico puñetazo que el Espíritu Santo nos ha dado para despertarnos». Confiesa que él no es de esos que «han cambiado su cruz pectoral por una de hojalata para imitar al Papa». Nos advierte del desequilibrio de juicio común en muchos detractores y en no pocos admiradores del Papa. Dice que los que lo miran con sospecha, desconfianza e incluso le acusan de favorecer posiciones heréticas, están fuera de la realidad y «están enfadados porque el Papa Francisco no dice lo que piensan ellos». Y no pocos de los que le exaltan «como el Papa que busca volver a llevar a la Iglesia a una vida evangélica tras pontificados marcados por la cerrazón y el triunfalismo, le hacen un servicio pésimo». Estos últimos están satisfechos porque el Papa dice lo que ellos siempre han pensado y dicho en los últimos cincuenta años, «el escenario de traición al Concilio Vaticano II, el cual solo hora sería final y plenamente aplicado». Inteligencia de juicio sobre la realidad, quizá lo que nos falta.
CUn niño de cuatro años, vecino de Écija, moría ayer al mediodía en el centro de salud de Burguillos donde había sido trasladado de urgencia desde un coto privado que está a unos doce kilómetros. El pequeño había sido alcanzado por un disparo en mitad de una montería que se estaba desarrollando en la finca La Lapa. Durante dos horas, los facultativos intentaron reanimar al pequeño, pero no fue posible. Sobre la una se certificaba la muerte y poco después la noticia saltaba a los medios a través de un comunicado del centro coordinador de emergencias 112.
La Guardia Civil, que también había sido alertada por el 112, se personó en la finca. Su equipo de Policía Judicial del puesto de La Rinconada abría una investigación y el juzgado en funciones de guardia de Sevilla decretaba el secreto de sumario. Los agentes partían de una única hipótesis y es que el pequeño había recibido un disparo perdido. Fuentes próximas a la investigación confirmaron a ABC que el pequeño se encontraba en la montería acompañando a su padre. El disparo salió de la escopeta de otro tirador que participaba en la cacería. Se trata de un ciudadano italiano que fue interrogado por los agentes.
Cacería de jabalíes
La finca La Lapa tenía organizada para este sábado una cacería de jabalíes y había ofertado 25 puestos a 350 euros cada uno. Se trata de un coto privado que se alquila para estos eventos y que ocupa una vasta extensión de terreno que abarca los términos de Guillena y Un coche de la Guardia Civil en las inmediaciones de la finca La Lapa Burguillos, en un enclave natural privilegiado en las estribaciones de Sierra Morena.
El cuerpo del pequeño fue trasladado al Instituto de Medicina Legal para la práctica de la autopsia. El padre es voluntario de Protección Civil y trabaja en una empresa de seguridad; además tiene un establecimiento de copas en Écija. Fuentes cercanas a la familia del pequeño señalan que está destrozado. Lo que no ha trascendido por ahora, dado el secreto de sumario, es cómo se produjo el accidente. Si el pequeño se encontraba en el puesto con su padre o si el disparo ocurrió en una zona alejada a los puntos donde se abaten las presas y por tanto fue una negligencia del tirador italiano.
Fuentes del Instituto Armado consultadas por ABC confirman que la normativa andaluza en materia de cacería no prohíbe la asistencia de menores
Normativa No está prohibida la asistencia de menores como espectadores, pero sí su presencia en los puestos
a este tipo de actividades como espectadores o acompañando a las familias que participan en la parte más lúdica de de la cacería como el almuerzo posterior; si bien, sí está restringida su participación directa como cazadores o acompañantes en los puestos y nunca pueden empuñar un arma por debajo de los 14 años.
Desde la Federación Andaluza de Caza explican a ABC que los eventos que se organizan en torno a una cacería, como la junta de carnes (donde se reúnen las piezas abatidas sobre una alfombra) o los almuerzos, se montan en espacios bastante alejados de los puestos para evitar que un disparo alcance a los asistentes. Si bien, detallan que en este caso en concreto carecen de información directa sobre qué ha podido ocurrir porque al tratarse de un coto privado, está fuera de la federación y de sus competencias.