Una propuesta para Motril
Era el árbol de la casita, un plátano de sombra inmenso. Estaba en la entrada de Motril pero durante muchos años estuvo en mitad de campos de cultivo, de aguacates y chirimoyos, formando parte del lindero del camino. Se veían continuamente una gran variedad de pájaros y aves colarse entre sus ramas, tuvieran hojas o no, fuera la época del año que fuera. Resulta que han hecho una nueva rotonda, y parece que el árbol centenario molestaba. Había que hacer el paso de cebra justo donde estaba, ni un metro más para arriba o para abajo, justo ahí. O puede que también hayan influido los arreglos del solar que está justo al lado, que era para viviendas unifamiliares y hace unos años recalificaron para poder hacer pisos de tres plantas. A lo mejor (o peor) han pensado que las ramas podían molestar en las terrazas de los pisos, o que el tronco podía molestar para entrar al portal.
Seguramente, nunca sabremos quién ha sido la persona responsable final de esta pérdida, pero ¡qué miras tan cortas! ¡qué falta de previsión, de pensar en el futuro! ¡qué manera de olvidar el bien común para centrarse en lo inmediato, en lo que puede aportar solamente unos beneficios económicos rápidos o unos votos puntuales! Y no pasa nada, nadie se enfadará ni reclamará; pero Motril, nuestra provincia, nuestro mundo, se van empobreciendo y empeorando. Ojalá vayan cambiando las conciencias, las formas de vivir, actuar y relacionarnos entre nosotros y con nuestro entorno, para que esto no ocurra. Por eso, desde aquí, quiero proponer que planten otro nuevo árbol que de sombra en esa acera, y que nos ayude a pensar que las cosas se pueden hacer de otra manera.
RAFAEL MARTÍNEZ MARTÍNEZ MOTRIL