La Policía busca a un conocido de la víctima del crimen de Játiva
La pareja de la mujer degollada sostiene que la víctima se dedicaba a la prostitución
La investigación sobre el asesinato de Isabell Elena Raducanu, la mujer hallada muerta este martes en su domicilio de la localidad valenciana de Játiva, se centra en el entorno personal de la víctima y, en concreto, en un hombre con el que habría podido mantener relaciones sexuales. La víctima se encontraba desnuda, tendida bocaarriba en el suelo cerca de la cama y sobre un charco de sangre. Presentaba heridas letales en el cuello producidas por un cuchillo de grandes dimensiones y un golpe en la cabeza. La autopsia determinará si sufrió algún ataque sexual.
El cuerpo sin vida de Isabell fue hallado por su compañero sentimental, quien dio la voz de alarma. La pareja de la mujer asesinada ha declarado a los agentes encargados del caso que la fallecida ejercía la prostitución. Así, una de las hipótesis que manejan los miembros del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional es que la mujer y su agresor hubieran mantenido una discusión por una deuda relacionada con el trabajo de la víctima, que desencadenó el crimen. Con todo, no se descarta el móvil pasional.
Otra de las claves de la investigación es que la puerta del piso no presentaba signos de haber sido forzada, por lo que los investigadores creen que Isabell conocía a su asesino y desecharon desde el primer momento la hipótesis de un robo. Al respecto, los agentes apuntan a las declaraciones de la pareja de la víctima para conocer algunas relaciones personales de Isabell como posible clave para el esclarecimiento de los hechos.
La pareja, libre de sospecha
La Policía ya descartaba también desde el martes que se tratara de un caso de violencia de género, toda vez que los investigadores otorgaron credibilidad al testimonio de la pareja de Isabell. Los agentes han constatado que Juan Ramón, de 32 años y natural de la vecina localidad de Alberique, estaba trabajando en un almacén agrícola cuando se produjo el crimen. Una franja horaria que los investigadores sitúan entre las tres menos cuarto y las cuatro de la tarde del martes. Tampoco constan denuncias previas ni antecedentes por malos tratos en la pareja, que apenas llevaba un año viviendo de alquiler en la casa en la que Isabell fue asesinada.
Con todo, mientras se continúa investigando el entorno de la víctima y las personas que frecuentaban el domicilio por si existiera alguna implicación. De acuerdo con las fuentes consultadas por ABC, los investigadores tratan de esclarecer lo que sucedió desde que Isabell fue vista salir de casa a las once de la mañana hasta las cuatro de la tarde, cuando su compañero sentimental, la halló muerta. Como informó ayer ABC, una vecina relató que una hora antes –sobre las tres menos cuarto de la tarde– escuchó una fuerte discusión en el primer piso del número 3 de la calle Francisco Gozalbes del municipio valenciano en el que se perpetró el crimen.
La vecina, que responde al nombre de Rosa Moreno Fernández, explicó ayer que oyó lo que parecía una trifulca en el domicilio donde vivía la víctima alrededor de una hora antes de que se encontrase su cuerpo sin vida. «Escuché portazos, me pareció una conversación acalorada y pensé que era con su hija pequeña. Después todo quedó en silencio hasta las cuatro, cuando escuché a la policía y las ambulancias», según dijo a la agencia Efe. Preguntada por si sabía que la fallecida ejerciera la prostitución, tal y como asegura su compañero sentimental, la mujer explicó que lo desconocía y que no había visto entrar a ninguna persona que no fuese vecino.
Isabell Elena Raducanu tenía 36 años, era madre de una niña y esperaba otra pequeña, que no pudo ser salvada. La mujer estaba embarazada de seis meses. Hacía dos, el 10 de abril, había publicado en su cuenta de Facebook la imagen de la ecografía de la pequeña, para la que ya tenía decidido el nombre.
Sobre si el móvil puede estar relacionado con asuntos personales de la víctima, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Fulgencio, manifestó que estos crímenes violentos «siempre acaban teniendo algo de pasional», bien relacionado con el momento actual o con la vida anterior, y en este caso está claro que hay «una cierta actitud redundante en el ataque».
Testimonio Una vecina escuchó una fuerte discusión en el piso una hora antes de que la víctima fuera hallada muerta El robo, descartado
La puerta de la casa no estaba forzada y los investigadores creen que Isabell conocía a su asesino