«Los jóvenes crecimos con valores ingleses, no chinos»
Más allá del amplio rechazo a la ley de extradición, las protestas de ayer en Hong Kong demuestran el fracaso de su asimilación por parte de China. Devuelta por el Reino Unido al autoritario régimen de Pekín en 1997, esta ciudad semi-autónoma goza de más libertades que el resto del país bajo el principio de «un país, dos sistemas», vigente durante medio siglo. Pero los hongkoneses se quejan de que las están perdiendo.
«Hay una brecha generacional que se está abriendo más y más. Nuestros padres compartían con China la misma cultura y la misma patria, pero los jóvenes hemos crecido bajo la influencia británica y tenemos valores occidentales que el régimen de Pekín no comparte», reflexionaba anoche con ABC Davis Chan, un consultor de 28 años. Alrededor de la barricada de Wan Chai, donde se refugió uno de los últimos reductos de los manifestantes desalojados del Parlamento, Chan aseguraba que «no nos gusta la ley de extradición porque no confiamos en Pekín». Con pesimismo, vaticinaba que «en 2047, cuando concluya la vigencia del modelo “un país, dos sistemas”, Hong Kong será una ciudad china más, como Pekín o Shanghái, y habrá perdido su identidad». Por el miedo a vivir bajo un régimen totalitario que limita las libertades de las que disfruta Hong Kong, aseguró que mucha gente está pensando en emigrar.
En 2003, una manifestación con medio millón de personas obligó al Gobierno local a retirar la ley de seguridad nacional que quería imponer China. Aunque un millón de personas (240.000 según la Policía) rechazaron el domingo la polémica ley de extradición, nadie en Hong Kong cree que el régimen, con el presidente Xi Jinping al frente, escuchará ahora a la gente y acabará retirándola.