Emilio Aragón y tres ONG, premiadas por su compromiso por una sociedad más justa
La Reina Doña Sofía presidió la entrega de galardones de la Fundación Mapfre
«Estoy convencido de que hay una solución para el hambre y más cerca de lo que pensamos». En su versión menos conocida, Emilio Aragón pronunció palabras que sonaban a melodía al recoger un reconocimiento a toda su vida profesional, en un acto de esos a los que el músico y contador de historias, como se define, no está habituado. Fundación Mapfre le distinguió en esta ocasión por «su compromiso por crear una sociedad más justa» a través de su trabajo activo con Acción contra el Hambre durante veinte años. La empresa aseguradora busca con estos premios sociales reconocer el compromiso, la generosidad y el altruismo de personas e instituciones que han realizado actuaciones destacadas. El acto de ayer estuvo presidido por la Reina Doña Sofía en el Casino de Madrid y a él también asistieron la Infanta Elena, la ministra de Economía y Empresa, Nadia Calviño; y la exvicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
El presidente de Fundación Mapfre, Antonio Huertas, subrayó en la entrega de los galardones: «Somos una generación de personas afortunadas porque tenemos la posibilidad de construir entre todos un mundo mejor, más humano, justo y solidario si empleamos el conocimiento en reducir las brechas en vez de ampliarlas. Hoy más que nunca las empresas estamos llamadas a la acción. Nuestro primer objetivo es crecer y ser rentables, pero no a cualquier precio», aseveró Huertas.
Optimista fue el mensaje de Aragón: «Volvemos a conectar con la esperanza. Ante tanto ruido que distorsiona nuestras vidas, son personas como las que hoy premia Fundación Mapfre las que nos hacen decir en voz baja que quizás no todo está perdido», indicó. Y esas personas, entre otras, son Elena Mendía, una de las cuatro médicos del Hospital Ramón y Cajal de Madrid que hace quince años dieron vida a Cirugía en Turkana (Kenia), que recibió el premio al Mejor Proyecto por su Impacto Social; mientras la empresa brasileña Agrindus se llevó el premio a la mejor iniciativa agropecuaria por «revolucionar el sector» con una leche de fácil digestión para personas intolerantes.
«Con el estómago lleno»
La tercera ONG reconocida fue la escocesa Mary’s Meals, Mejor Entidad por su Trayectoria Social, que alumbró en 2002 un campesino, Magnus MacFarlane-Barrow, padre de 7 hijos y una de las cien personalidades más influyentes para la revista «Time». Al aterrizar en Malawi en medio de una hambruna tremebunda, acompañó a un sacerdote a visitar a una mujer moribunda en su choza, rodeada de sus seis hijos. Eduard, el primogénito, esbozó a Magnus su sueño: «Un plato para comer». Ayer recogió la distinción la marquesa viuda de Serdañola, Elisalex Löwenstein, presidenta de Mary’s Meals en España. Tal y como cuenta Löwenstein a ABC, la ONG garantiza que el mejor libro de enseñanza es un plato de comida. Y, a partir de ahí, se llenan las aulas, baja la abstención, mejora la salud de los niños de algunos de los 18 países más pobres del planeta. «Con el estómago lleno, puedes estudiar. Si no...», dice esta alemana afincada en Barcelona. Antes de darles un libro, proporcionan a las madres y voluntarias todo lo necesario para que cocinen en los mismos colegios paupérrimos donde estudian sus hijos. Alimentan a 1,4 millón de alumnos cada día. «La curva de la notas empieza a subir de manera impresionante tras las primeras comidas», se satisface Löwenstein. 15,60 euros es lo que cuesta dar de comer a cada niño durante un año.