Encuentros para superar «el valle de la muerte» empresarial
El CSIC organiza unas jornadas para unir a inversores e investigadores
Entre el mundo de la ciencia y el de la empresa hay una distancia «muy difícil de recorrer» llamada «el valle de la muerte». Es lo que sostiene la coordinadora del encuentro «La ciencia y el sector empresarial», Victoria Ley. Unas jornadas, impulsadas por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Círculo de Empresarios, que se están celebrando hasta hoy en la Residencia de Estudiantes de Madrid. Hace un año nació este encuentro con el objetivo de acercar los dos ámbitos y hacer más fácil la colaboración entre ambos. Ahora, en su segunda edición, «la idea es que los científicos conozcan el funcionamiento de las empresas, expongan sus ideas y que las compañías les pidan soluciones a los problemas actuales», resalta la coordinadora.
Ley asegura que científicos y empresarios tienen que dar respuesta a lo que la sociedad exige. Para ello, no hay nada mejor que las técnicas de I+D+i pero, para conseguir esta «fórmula mágica», tienen que trabajar juntos. «Una pyme necesita innovación para crecer y eso solo es posible si existe una fusión entre los dos sectores». En este sentido, España es el primer país en conseguir fondos de la UE para este tipo de empresas que, según la coordinadora, «son muy competitivas». No obstante, señala que en otros países se les ayuda mucho más. «Fuera de España los empresarios están muy presentes en el mundo académico, mientras que aquí lo que estamos viendo es que los investigadores tienen que hacer más esfuerzos para contar a la sociedad lo que hacen».
Problema de burocracia
Además, Ley considera que tenemos un problema de burocracia: «A las empresas pequeñas les piden muchísima documentación, avales, impuestos... y en muchas ocasiones no les compensa». La promotora y científica explica a ABC que son muchos los casos de inversores que no quieren inyectar dinero en España por cuestiones fiscales. «A la mayoría no les interesa por el tratamiento fiscal. Ayer, uno de los ponentes en las charlas afirmó que después de desarrollar una tecnología en Navarra, hubo muchos interesados, pero para conseguir su financiación debían inscribir la empresa en Francia». Este es, sentencia la coordinadora, un problema de nuestra legislación y de hacienda. «Algo falla cuando cuesta tanto conseguir inversión en España».
A esta situación se le suma el éxodo de cerebros hacia Europa, América y Asia. «Como están muy bien formados –explica Ley–, las ofertas de trabajo para los jóvenes investigadores son mucho mejores fuera de España que dentro. El problema no es que se vayan, sino que no facilitemos su vuelta».
En definitiva, la unión entre las empresas y los científicos es débil y «todos tenemos un poco de culpa», admite. «Los universitarios se tienen que formar con mirada empresarial e innovadora y los políticos nos tienen que ayudar con una legislación favorable», apunta la científica.
En la segunda edición, el encuentro ha contado con 120 participantes. Las jornadas comenzaron el pasado lunes y finalizan hoy. El escenario escogido para el evento es de por sí simbólico: «Representa la unión de humanistas, científicos y empresarios y eso es justo lo que queremos conseguir: una estrecha colaboración para un futuro mejor. Cuanto más cerca tabajemos investigadores y empresarios, más desarrollo habrá en este país», concluye Ley.