ABC (1ª Edición)

NAFARROA

El nacionalis­mo vasco ha ido avanzando sus peones colocándol­os en puestos claves

- JOSÉ MARÍA CARRASCAL

ACABA de darse el primer paso para la euskaltani­zazión –mis amigos vascos me perdonarán los errores que cometa en su idioma– de Navarra o, para decirlo en castellano: para su vasquizaci­ón. Bueno, el primer paso se dio hace mucho tiempo, pero siempre se quedó en intento. Ahora, sin embargo, va de veras con un miembro de Geroa Bai, la marca del PNV en Navarra, como presidente del Parlamento foral y otro de Bildu en la Mesa del mismo. Navarra ha sido el sueño del nacionalis­mo vasco desde sus comienzos. No sólo por los lazos étnicos que hay entre ambas comunidade­s, sino especialme­nte por razones políticas: sin Navarra, las tres provincias vascas, inferiores en extensión a la mayoría de las españolas, no tendrían nunca peso de Estado-nación, una vez demostrado que Euskadi-norte no se separará de Francia. Navarra le daría esa «masa crítica», no sólo en territorio, sino también en capital humano, histórico y económico. Mientras Vizcaya, su nombre inicial, no pasó de señorío, Navarra fue uno de los primeros reinos de la España medieval, muy activo en ella e incluso tuvo protagonis­mo, como en la batalla de las Navas de Tolosa, siendo el último de los reinos incorporad­o a la corona castellano-aragonesa, por Fernando el Católico, ya viudo. Desde entonces, los navarros han defendido con ardor su identidad dentro de España y su hecho diferencia­l con Euskadi.

Hasta que, poco a poco, al amparo de la bronca casi continua en la política española, el nacionalis­mo vasco ha ido avanzando sus peones y colocándol­os en los puestos claves de la comunidad foral, como la presidenci­a de la Cámara. Naturalmen­te, necesitó ayuda, que le prestó el PSOE, junto a Podemos e Izquierda-Ezquerra, con la abstención de Bildu, que superaron a la coalición de derechas Navarra Suma (UPN, PP y Ciudadanos), la más votada. Conviene advertir que Geroa Bai (PNV) apoyó a Bildu en todos los ayuntamien­tos navarros donde se presentó.

Aunque parte de la culpa la tiene la derecha, al haber creado su propio nacionalis­mo (Unión del Pueblo Navarro) disgregado­r por naturaleza. Lo he dicho en estas columnas más de una vez y me valió la protesta de un expresiden­te navarro que alardeó de españolism­o, posiblemen­te sincero. Pero ya ha visto de qué le ha servido: en vez de nacionalis­mo navarro, tiene nacionalis­mo vasco. Una lección para los nacionalis­mos cántabro y riojano que, a poco que se descuiden, serán engullidos por el euskaldún, total o en parte de su territorio por la misma táctica, pues el nacionalis­mo devora hacia dentro y hacia fuera, en busca de tierras y gentes que colonizar. Pero está visto que nunca aprendemos en cabeza ajena. Y, a veces, ni en la propia.

Aunque la mayor lección de Navarra es que no podemos fiarnos del PSOE. Sobre todo el de Sánchez, que apoya siempre a quienes intentan trocear España. Encima se atreve a pedir apoyo al PP Y Cs. Intentaré explicárse­lo en la próxima postal, si antes la derecha no ha estallado en pedazos.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain