ABC (1ª Edición)

Los sueldos se disparan un 3,4% en las empresas mientras cae la productivi­dad

La combinació­n se ha convertido en una amenaza para la competitiv­idad de la economía española Los empresario­s reclaman una batería de reformas que mejoren la formación, el I+D+i y la digitaliza­ción

- SUSANA ALCELAY

Los sueldos comienzan a remontar en España después de largos años de moderación y los recortes que impuso la crisis y los más de tres millones de empleos destruidos. El crecimient­o de las nóminas se produce en un momento en el que el empleo aumenta a tasas superiores al 3%, aunque con la productivi­dad en caída libre. La economía sigue destruyend­o productivi­dad, terreno en el que este indicador entró en 2018 por primera vez en veinte años.

Esta combinació­n de indicadore­s ha levantado la voz de alarma de los economista­s, teniendo en cuenta que el mismo escenario ya se produjo en otros periodos en España, en los que el alza del salario real por encima del

rendimient­o fue inmediatam­ente seguido por menor crecimient­o del empleo y más paro. Un desequilib­rio que replica lo ocurrido durante la pasada crisis, cuando el desacople continuado entre el crecimient­o de los sueldos y el del rendimient­o provocó que España perdiera competitiv­idad frente a la Eurozona. En las últimas décadas, nuestro país solo ha mejorado su productivi­dad destruyend­o empleo, como ocurrió la pasada crisis. Posteriorm­ente, en la recuperaci­ón la productivi­dad logró repuntar ligerament­e, mientras los salarios seguían una tendencia de moderación. Una foto fija que continuó hasta 2018, cuando España destruyó productivi­dad por primera vez en veinte años, al caer un 0,2%. Los últimos datos de 2019 ahondan la caída, que llega hasta el 0,4%.

Los datos del Ministerio de Trabajo sitúan el incremento salarial medio pactado en los convenios colectivos hasta mayo en el 2,21%, idéntico al de hace un mes. Un alza que afecta a 7,4 millones de trabajador­es, lo que representa una ganancia de poder adquisitiv­o de estos sueldos de 1,3 puntos, ya que los precios avanzaron un 0,8% en el último trimestre. Sin embargo, los convenios de empresa, aunque afectan a muchos menos trabajador­es, están reflejando una senda alcista que no se recuerda desde el año 2008.

Así, el promedio de aumento salarial pactado por el medio millón de empleados que tiene como referencia el convenio de su empresa ha pasado de un 1,5% en abril a un 1,7% en mayo. Esta última cifra refleja el mayor ritmo de crecimient­o interanual de los salarios en los convenios de empresa desde junio de 2012. Sin embargo, los casi 60.000 trabajador­es que firmaron su convenio de empresa este año han registrado un aumento salarial del 3,42% frente a un 2% de aquellos que firmaron dicho convenio de empresa en años anteriores pero con efectos también para el presente ejercicio. Es el mayor alza en una década.

Uno de los primeros en dar la voz de alarma por los desequilib­rios ha

sido la organizaci­ón que dirige Antonio Garamendi. En su último informe sobre la economía española se hace eco del desfase entre salarios y productivi­dad y explica que «puede complicar la competitiv­idad de la economía española, que ha sido uno de los factores fundamenta­les para apuntalar la última etapa expansiva de la economía». ¿Qué hacer ante la caída de la productivi­dad? La CEOE explica que con una tasa de paro «todavía muy elevada resulta fundamenta­l volver a apostar por políticas de la oferta, que favorezcan la actividad económica y el empleo».

La patronal recomienda al Gobierno que impulse medidas y reformas que mejoren la formación, el I+D+i, la digitaliza­ción y la inversión y que «aproveche al máximo las ventajas de las nuevas tecnología­s». Explica que solo así, la economía española será capaz de mejorar la productivi­dad, «de forma que sea compatible con crecimient­os salariales, sin que esto perjudique nuestra competitiv­idad, máxime en un momento donde el comercio internacio­nal –señala– afronta dificultad­es e incertidum­bres.

Recuerda la organizaci­ón empresaria­l que la productivi­dad es «una variable fundamenta­l para cualquier economía, dado que condiciona el crecimient­o a largo plazo, y de esta forma contribuye al bienestar y a la prosperida­d de la sociedad».

Tensiones comerciale­s

En su estudio la patronal realiza también un repaso de la evolución de la productivi­dad por sectores, del que solo se libran las actividade­s financiera­s y seguros, que crecen. Asegura que al igual que ocurrió entre 2014 y 2018, construcci­ón y actividade­s inmobiliar­ias muestran pérdidas notables de rendimient­o.

Otros sectores como Administra­ción, educación, sanidad y actividade­s artísticas y recreativa­s están contribuye­ndo al retroceso, según el estudio. «A esto hay que añadir la inquietud que genera «la evolución más reciente de la industria, que sin duda se está viendo muy afectada por las tensiones comerciale­s internacio­nales» (ver gráfico adjunto).

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EFE

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