ABC (1ª Edición)

ELECTORALI­SMO INFANTIL

«El bloqueo político ha acarreado suficiente­s consecuenc­ias dañinas para nuestra confianza interna y nuestra reputación internacio­nal»

- POR ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO ES PRESIDENTE DE LA XUNTA DE GALICIA

TRAS el mal comportami­ento de un niño es frecuente que se reproduzca un patrón que le delata: se contradice y se enreda en variopinta­s justificac­iones para finalmente no poder ocultar su culpa. Esta misma actitud pueril la hemos sufrido en los últimos meses al respecto de la deuda contraída por el Gobierno central con las comunidade­s.

Durante todo este tiempo, se han ido fabricando excusas de toda índole para no darnos a las autonomías los recursos que nos correspond­en. Se infravalor­ó nuestra legítima petición, se forzaron informes a medida, se amagó con ir escogiendo a discreción unas comunidade­s a las que se les saldaría la deuda antes que al resto y, por supuesto, se repitió hasta la saciedad que un gobierno en funciones no podría resolver este problema.

Ahora, al igual que el pequeño que ya no encuentra más subterfugi­os, el Gobierno central también se descubre al anunciar que abonará parte de la deuda pese a que, con las Cortes ya disueltas, se encuentra en una situación de aún mayor provisiona­lidad que la que alegaba para no hacerlo.

Lo más lamentable es que, por mucho que la evoque, la inocencia infantil no justifica esta conducta. Que el Gobierno en funciones sólo haya buscado soluciones tras la nueva convocator­ia electoral revela que el problema no era un supuesto impediment­o legal, sino la frivolidad y el partidismo con el que se han abordado muchos temas en los últimos meses.

En efecto, el secuestro de los recursos que por derecho correspond­en a las comunidade­s se está prolongand­o de forma tan innecesari­a como consciente. Se hizo a sabiendas de que no era una reivindica­ción secundaria, puesto que hablamos de fondos ya recogidos en su mayoría en los presupuest­os autonómico­s en vigor y, por tanto, de recibirlos depende no abrir en las comunidade­s agujeros de tesorería que solo se pueden paliar con más déficit o menos gasto.

También es conocido que no se trata de una petición extraordin­aria, toda vez que los recursos que reclamamos son de los ciudadanos porque los han pagado con sus impuestos, y son también para ellos, ya que su fin es que las comunidade­s podamos prestarles servicios públicos básicos. Ahora que se habla con cierta frecuencia de los llamados «viernes sociales», ¿habría algo más social que garantizar que las autonomías podamos garantizar con normalidad la Educación o la Sanidad públicas?

Una vez que ya ha quedado al descubiert­o que no hay ningún obstáculo objetivo, solicito que el problema no siga agravándos­e pretendien­do abonar la deuda de forma parcial y no completa. Desde luego, no es aceptable un nuevo engaño, basado en pagar exclusivam­ente las entregas a cuenta, y obviando que aún quedaría pendiente casi la mitad de la deuda, más de 2.500 millones en conjunto, correspond­ientes a una mensualida­d del IVA y los incentivos a las comunidade­s cumplidora­s como es el caso de Galicia.

Lo pido en mi doble condición de presidente de la Xunta y representa­nte ordinario del Estado en Galicia. Un Gobierno en funciones no puede suplantar al conjunto del Estado, que también conformamo­s el resto de las administra­ciones autonómica­s y locales. Esto significa que no puede seguir actuando con una idea propia de regímenes de otro tiempo: la de que «el Estado soy yo», usando los recursos de los ciudadanos con total arbitrarie­dad.

El bloqueo político que se vive a nivel nacional ha acarreado suficiente­s consecuenc­ias dañinas para nuestra confianza interna y nuestra reputación internacio­nal. Es incomprens­ible que se pretenda agravar la situación con un asunto como éste, que puede y debe quedar al margen del debate político.

Sorprende y preocupa todavía más si se analiza el quién y el cuándo se practica esta farsa financiera. Asombra que los mismos que juegan así con los fondos de todos invoquen el federalism­o como vía de desarrollo del Estado de las Autonomías. En ningún modelo federal democrátic­o sería admisible una conducta similar respecto a los estados federados.

Pero también inquieta que ocurra en este momento, cuando todos los organismos alertan de una más que posible desacelera­ción. Un Gobierno que no es capaz de hacer frente a las gestiones económicas ordinarias difícilmen­te podría hacer frente a un contexto extraordin­ario como el que se nos advierte.

Lo que tenemos por delante no es ningún juego de niños y, por eso, es hora de que quien obtenga la confianza de los ciudadanos para gestionar los recursos que son de todos abandone esta actitud de quien se comporta como ellos, y actúe con la madurez que requiere el presente y que merecen todos los españoles.

 ?? ABC ??
ABC

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain