Los olivareros toman Madrid a la espera del remate de Trump

EE.UU. retoma hoy las conversaciones con China para reducir las tensiones comerciales

Los aranceles que Donald Trump planea imponer al sector olivarero español han sido la llama que ha prendido la mecha. Miles de agricultores y trabajadores del sector tomaron ayer las calles de Madrid para presionar al Gobierno en funciones y lograr mejores condiciones y precios para el gremio. En concreto, se quejan de que no cubren ni siquiera los costes de producción por una «profunda crisis» de rentabilidad. A ello se unió la semana pasada la decisión de Estados Unidos de fijar nuevos gravámenes que, en teoría, entrarán en vigor el próximo 18 de octubre. En juego, el modo de vida de 250.000 familias.

En la marcha, convocada por Asaja, COAG, UPA y Cooperativas Agroalimentarias, se han dado cita afectados de las principales comunidades agrícolas, con especial incidencia en el sur: Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Murcia, Comunidad Valenciana, Cataluña, La Rioja y Aragón. Así, las organizaciones exigen al Ejecutivo que no sea posible vender el producto por debajo del precio de fabricación, entre otras reivindicaciones. De momento, el ministro de Agricultura, Luis Planas, comparte la «preocupación» del gremio por las fluctuaciones de precios. Lo cierto es que el precio en origen del aceite de oliva ha experimentado una caída del 44% este último año al desplomarse 1,53 euros por kilo, lo que provoca que el campo español produzca a 75 céntimos por kilo más caro de cómo lo colocan luego en el mercado. Por ello, las patronales urgen al Gobierno a tomar medidas y plantean la posibilidad de intervenir en el sector mediante la figura del decreto ley.

Sin embargo, esta es solo una de las quejas de los olivareros. Los aranceles de Trump son la otra espina clavada que tiene el sector ante la amenaza de las exportaciones a Estados Unidos –«USA abusa», decían los manifestantes–. Desde el Ministerio estiman que el perjuicio para la agroalimentación española sería de unos 192 millones anuales –las exportaciones fueron de 765 millones en 2018–. Pese a todo, la situación queda en «stand by» hasta que Planas vaya el lunes a Bruselas de nuevo al Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea. Ese mismo día EE.UU. recibirá el beneplácito final en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para sus aranceles, lo cual se da por hecho ya que solo podrían ser bloqueados si todos los miembros de la institución lo piden.

Negociaciones

Al otro lado del charco, la guerra comercial también entra a escena y copa la agenda. Representantes norteamericanos se reúnen hoy con sus homólogos chinos para tratar de frenar la escalada de tensiones. La guerra comercial continúa su curso entre las dos mayores potencias mundiales y en Washington tendrá lugar una nueva reunión, donde Trump recibirá al viceprimer ministro chino, Liu He. «Hay una muy buena posibilidad», dijo ayer Trump, en referencia a la opción de poder alcanzar un acuerdo de mínimos, lo cual fue bien recibido ayer por las Bolsas. Sin embargo, no es motivo para celebrar. «Gran día de negociaciones con China. Ellos quieren llegar a un acuerdo, pero ¿quiero yo?», tuiteó Trump más tarde. Por una fuente –ante la prensa– alienta la relajación de las tensiones, mientras por otra –Twitter– deja al mundo con dudas.