Adiós, «veroño»
Azoteas con buenas vistas, pícnic entre viñedos...
Los hay que lo están deseando y también, que no quieren pensarlo. Pero el fin del «veroño» está aquí, la antesala del temido cambio de hora y del frío. En cualquier caso, despedirlo como se merece, al aire libre y con un buen plan gastronómico, nos hará llevar mejor las penas.
Apurando los últimos rayos del buen tiempo, nos acompañan gustosas en esta misión del adiós las terrazas de reciente apertura. Como la que acaba de estrenar en la urbanización madrileña de La Moraleja Shanghai Mama.
Se trata del sexto restaurante en la capital del grupo y, al igual que sus «hermanos», tiene un inconfundible sabor oriental, aunque es el único que cuenta con menús degustación. Su espacio exterior está repleto de plantas y flores y una iluminación que le otorga un ambiente «chill» por las noches. Sólo para cenas abre el sorprendente The Chapel, un espacio gastronómico efímero que por el día acoge actividades religiosas, ya que se encuentra en el interior de la Iglesia Evangélica Alemana. La parte culinaria está firmada por el restaurante Sinsombrero, y sirve a cielo abierto tablas de quesos o embutidos, croquetas, ensaladilla rusa, ceviche, ensaladas, arroz con bogavante, marmitaco de pez limón o hamburguesa de buey.
Otra dirección que hay que apuntar es la de Patio de Leones, después de lo que ha demostrado este verano. Ya está adaptada al cambio de estación y a los primeros fríos y, desde primera hora de la mañana, tiene sus churros y su panorámica de la Puerta de Alcalá a punto. Más adelante, sigue en clave castiza con gildas de piparras, croquetas cremosas de cocido, patatas bravas con mayonesa verde, chapata de calamares picantes y de ropa vieja, tortilla de patatas hecha al momento, gambas al ajillo... Mucho ha dado de sí también durante la temporada estival la renovada terraza del Hotel Urban, que todavía tienta con una de sus señas de identidad: sus cócteles, entre los que destacan los creados para celebrar su 15 aniversario.
Varios de los establecimientos de Crustó en Madrid y Barcelona también despliegan versión al aire libre o mantienen sus espacios abiertos a pie de calle. Cruasanes, «brownies», tartaletas de manzana, «pain au chocolat», magdalenas de chocolate, «macarons», «congolais» de coco o «plumcakes» de zanahorias son algunas de sus opciones para poner la nota dulce al otoño.
En Valencia, un «afterwork» con vistas panorámicas de la ciudad está en el Green Roof Top, que corona el NH Collection Valencia Colón, que abría sus puertas recientemente. Además de diferentes «snacks», la azotea sirve las propuestas del bar Caraacara diseñadas por el conocido mixólogo Diego Cabrera.
Una opción perfecta para esta época del año es el enoturismo. En medio de un pinar bicentenario y bañada al norte por el río Duero, se encuentra
Finca Villacreces. La bodega ha diseñado un recorrido por sus más de cien hectáreas en bicicleta eléctrica. Después, una cesta de pícnic en la que no falta una botella de su vino Pruno y una selección de productos «gourmet». Ahora que los viñedos comienzan a cambiar el verde por los ocres, el espectáculo está servido.