EL RECTOR DE LA UCM ADMITE QUE «SE BAJARON LOS CONTROLES» POR EL «ALUVIÓN» DE TESIS
Dos expertos de la Complutense revisan la tesis fraudulenta destapada por ABC, análisis que no hizo la UCJC con la tesis de Pedro Sánchez
El escándalo de los doctorados fraudulentos en la Universidad Camilo José Cela (UCJC) desvelado por ABC empieza a ser investigado, al fin, desde las propias instancias universitarias. No es el caso de la institución donde se halla el epicentro de la trama, que guarda un escrupuloso silencio a pesar del aluvión de informaciones periodísticas que acreditan el fraude, pero sí de la Complutense de Madrid, uno de los dos centros públicos de enseñanza superior que se han visto salpicados –el otro es la Universidad de Málaga–.
Ayer, el rector de la Complutense, Joaquín Goyache, celebró un desayuno informativo en el que trató de contextualizar los hechos. Explicó que los cambios legales derivados de la implantación del Plan Bolonia en 2010 provocaron una multiplicación exponencial del número de tesis, lo que pudo generar que se relajaran los controles. Añadió que en esa época las tesis llegaban «en aluvión», que «no se podía con todo» y que los directores «no podían estar en 30 tesis a la vez». Esa avalancha fue la que, en su opinión, propició que se bajaran los controles.
Goyache también ofreció detalle sobre el caso que afecta a su universidad. Informó de que dos expertos, uno independiente y el otro de la propia universidad, están analizando en este momento la tesis doctoral con la que consiguió el título de doctor el directivo de la Universidad Camilo José Cela José Luis Málaga. Los expertos valorarán los plagios, denunciados por ABC, y aportarán un informe con sus conclusiones en un plazo de 15 días, a finales de octubre.
La Complutense se puso en contacto con la Universidad Camilo José Cela tras publicar ABC que la tesis de Málaga era calcada a la de la ya dimitida directora general de Educación Concertada de Madrid, Concepción Canoyra, y haber detectado este periódico también importantes plagios en esta última. Desde la institución privada enviaron a la pública una copia de la tesis para que dos expertos pudieran analizarla. Ésta llegó, en papel, el lunes por la tarde a la Complutense.
Ahora, esta universidad espera el resultado de este informe, que prevén que puede estar listo a finales de mes, para actuar en consecuencia. No obstante, recuerda el rector Goyache que el asunto habría prescrito, y que en todo caso, aunque el título de doctor lo dio la Complutense, es la Comunidad de Madrid la que podría retirarlo si así lo estimara.
También ha explicado que el proceso para encontrar a los dos expertos no ha sido sencillo, ya que «hay personas a las que se les ofreció hacerlo y se han negado». Quienes componen este grupo, en todo caso, han pedido confidencialidad sobre su participación.
Si el informe que realicen concluyera que ha habido irregularidades, señalan en la Universidad, se elevará el asunto a la Inspección de Servicios. La institución, recuerdan, podría actuar contra «quienes son complutenses», pero no contra las personas externas a esta universidad. El rector cree además que «el que hace algo malo es el que copia».
Goyache aseguró que ahora existen mayores controles en las tesis, entre otros someterlas a los sistemas informáticos que detectan posibles plagios, y que un experto analice el resultado de dicha prueba para saber si se trata de plagios que afecten al fondo de la investigación o meramente circunstanciales. Esta explicación sonó a evasiva, pues en 2012 ya existían herramientas para detectar plagios.
El rector admite el «coladero»
«Las tesis llegaban en aluvión. Los directores no podían con todo, no podían estar en 30 tesis a la vez»