¡Aquí se juega!
Está bien que el periodismo vaya aportando las pruebas concretas, y hay que felicitar a nuestro Alberto García Reyes por su magnífico trabajo, pero que los socialistas han comprado el voto andaluz es la verdad más antigua de la democracia española. «¡Estoy escandalizado! ¡Aquí se juega!». El PSOE cree que los andaluces son vagos y tontos, y por eso les paga para que no trabajen pero siempre a un precio de saldo. Es lo mismo que sucede en el Barça. En su caso acertadamente, el presidente Núñez llegó a la conclusión de que el peñista culé es lo más breve intelectualmente que existe en este mundo de Dios, y optó por lo tanto por comprarlo sin disimulo ni rubor, para asegurarse su voto, y esta tradición ha mantenido a los más deplorables presidentes al frente del club. El planteamiento de Núñez era profundamente ofensivo, pero al ser cierta la premisa, la cosa funcionó y lucen aún hoy los comprados su bajeza con honor.
En el caso del PSOE, lo más grave, y lo más incomprensible, es que los andaluces se hayan dejado insultar durante tanto tiempo del modo más atroz, y se hayan amoldado a la caricatura que de ellos han hecho los socialistas. Lo que García Reyes descubrió brillantemente en Huévar es un cáncer extendido en metástasis por toda Andalucía, y aunque se puede acusar a los socialistas de caciques y de corruptos, quien de verdad tendría que reflexionar es la parte del pueblo andaluz que acepta este trato insultante, humillante. Estos miles de andaluces tendrían que preguntarse si de verdad se sienten cómodos en los parámetros morales que les reserva la izquierda.
La libertad hay que merecerla. Puede que te parezca más cómodo que te compren y estoy seguro que has encontrado en tu interior suficientes excusas para justificar lo que te dejas hacer, pero tu actitud se sitúa irremediablemente en el lado marrón de la Historia. La libertad hay que demostrarla y no puedes haber vendido tu voto cuando vienen a reclamártela.
Lo que llevan haciendo los socialistas en Andalucía desde 1982 es feudalismo puesto al día, y tampoco se crean que demasiado. De un modo tan profundo, y tan descarado, esto sólo ha pasado y pasa en algunas zonas de Italia y allí, para que se hagan una idea de la gravedad del asunto, los corruptores llevan pistola. El futuro de los andaluces, como el de todos, está en sus manos. Pueden continuar así, pero entonces ante según qué burlas, no podrán quejarse. También pueden alzarse y acabar con las décadas humilladas. «No vayas a ser esclava con todos tus olivares». [ESPAÑA]