Casado solo negociará con el PSOE si rompe el acuerdo de Navarra
Los populares ven opciones de gobernar si suben de los 100 escaños el 10-N
Pablo Casado se desplazó ayer a Pamplona con el Comité de Dirección nacional del PP. El líder de los populares se reunió primero con el presidente de UPN y cabeza de la coalición constitucionalista Navarra Suma, Javier Esparza. Desde allí, Casado envió un mensaje a Sánchez: cualquier acuerdo que haya que tomar después de las elecciones pasa por la ruptura del Gobierno de Navarra, donde el PSN gobierna gracias a la abstención de Bildu.
«Si hiciera falta algún tipo de conversación con el Partido Socialista para pedir su abstención o para pedir que nos dejaran gobernar habiendo ganado las elecciones, lo que tenemos muy claro es que nuestra posición sobre Navarra es definitoria y desde el Gobierno de la Nación seguiremos reclamando que no haya ninguna administración que dependa de los votos de Bildu para gobernar», aseguró Casado.
«Pase lo que pase el 10 de noviembre, la prueba del algodón está en Navarra. Por mucho que Sánchez intente revestirse en una moderación se da de bruces con la realidad en Navarra. Por mucho que intente ahora envolverse en la bandera o amenazar a los independentistas catalanes con el 155 o renegar del apoyo explícito que le dio Arnaldo Otegui, al final, la hora de la verdad es Navarra», advirtió.
Optimismo y prudencia
A poco menos de un mes de las elecciones, en Génova se vive esta precampaña con una mezcla de optimismo y prudencia. Optimismo porque no solo creen que la victoria es posible, sino también porque les salen las cuentas, y si el PP supera la barrera de los 100 escaños están convencidos de que Pablo Casado tendrá al menos tantas opciones como Pedro Sánchez de formar Gobierno, según fuentes parlamentarias populares. Pero los populares mantienen a raya ese optimismo y no dejan de pedir prudencia a los suyos. Cualquier error podría arruinar sus objetivos.
En Génova coinciden en señalar que la participación será una de las claves de las elecciones. Si se mantiene la movilización del centro-derecha junto a una menor participación de la izquierda, creen que el PP podría situarse en torno a los 105 diputados, mientras que el PSOE podría quedar en 120 o menos. Si se intensifican las tendencias, no descartan que Casado supere a Sánchez en número de escaños.
Para ello, los populares ven fundamental «no caer en las trampas» que está tendiendo el Gobierno socialista en funciones, para intentar agitar a la derecha, y como consecuencia de ello a su propio electorado en la izquierda. «No debemos calentar a los votantes de la izquierda, y para eso no tenemos que entrar en los debates que interesan a Sánchez», señalan en el PP. Como ejemplo ponen la exhumación de los restos de Franco, un asunto en el que los populares están manteniendo un perfil plano, solo roto por unas declaraciones de Isabel Díaz Ayuso la semana pasada que chirriaron en Génova. «Podemos dar la campanada si no damos miedo, y si transmitimos el liderazgo de Casado con ilusión», avisan.
Si el PSOE cae y el PP sube, como dicen la mayoría de las encuestas, ambos partidos podrían situarse por encima de los cien diputados, según las fuentes consultadas. Y a partir de ahí, el PP cree que tendría las mismas opciones que Sánchez para gobernar. «Iglesias no le va a regalar la investidura ahora a Sánchez, y si este cae derrotado por tercera vez en el Congreso, todo quedaría abierto y llegaría la opción de Casado», argumentan.
Los populares sostienen que si Vox no se presentara en una docena de provincias, donde el partido de Abascal no consiguió ningún escaño en abril, el PP podría dar el salto y superar al PSOE. Esas provincias, según fuentes parlamentarias, serían Badajoz, Cáceres, Huesca, Teruel, Ceuta, Cantabria, Castellón, León, Salamanca, Valladolid, La Coruña y Vizcaya.