Los indígenas exigen el subsidio al combustible para negociar
También piden que se cancele el acuerdo con el FMI y el cese de varios ministros
Miles de indígenas volvieron a participar ayer en una marcha hacia la Asamblea Nacional (Parlamento) en protesta contra el Gobierno por la eliminación de los subsidios a los combustibles, tras un acuerdo crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En primera fila, algunas mujeres con ramas y banderas de Ecuador en las manos, avanzaban al grito de «Fuera Moreno, fuera», en referencia al jefe de Estado, a quien exigían que desista de eliminar los subsidios, una decisión que ha provocado la subida de los precios de los combustibles.
Los indígenas corearon frases como «no más muertes, no más muertes» durante la marcha, en alusión a las cinco personas que, según constató la Defensora del Pueblo el jueves, habrían muerto durante las protestas. Mientras avanzaban gritaban «aquí estamos», cuando ya estaban en las proximidades de la Asamblea Nacional, edificio al que que ya accedieron el pasado lunes, según recordó a Efe Edgar Quisao, oriundo de la provincia andina de Tungurahua. «Este paquetazo que se vaya abajo porque el pueblo está indignado. La clase media para abajo, los más pobres, son los que más sufrimos con todo esto», denunció, por su parte, otro dirigente indígena que representa a la provincia de Pichincha, José Farinango, quien aseguró que habían coordinado con las bases para que no se registren actos de violencia en la protesta, al mismo tiempo que pedían a la Policía que no lanzaran más gases lacrimógenos, con los que intentaban evitar que se llegase a la sede del Legislativo.
Varios observadores constataron el traslado de dos policías heridos hacia el interior de la Asamblea y que dos personas fueron detenidas en la manifestación, en la que varios indígenas portaban palos y lanzas, informa Efe.
Una tregua
Según se conoció ayer, los manifestantes habrían exigido al Gobierno, para sentarse a la mesa de negociaciones, la recuperación de las ayudas públicas a la gasolina y al diésel –a lo que se ha negado el presidente repetidamente–, así como la cancelación del acuerdo con el FMI y el cese de los ministros de Interior y Defensa, a los que responsabilizan de la represión ejercida por las fuerzas de seguridad durante las protestas, dejando cinco muertos, decenas de heridos y cientos de detenidos.
Mientras tanto, el presidente Moreno sigue acusando directamente a su antecesor y otrora aliado, Rafael Correa, y a sus socios, incluido el líder chavista, Nicolás Maduro, de orquestar las protestas provocando un «golpe de Estado». Ambos lo han negado.