La propuesta de ordenar sacerdotes a casados se estanca en el Sínodo de la Amazonia
El debate se orienta a reforzar los ministerios laicales, de hombres y mujeres
Al cabo de una semana de debates, el Sínodo de la Amazonia ha descubierto que la propuesta de ordenar a indígenas ancianos casados para compensar la falta de sacerdotes en las áreas muy remotas puede tener más inconvenientes que ventajas. Aunque quedan todavía dos semanas de trabajo, el Sínodo se orienta a reforzar los ministerios laicales, de hombres y mujeres, que tienen un potencial enorme.
Algunos participantes se muestran molestos por el hecho de que estos temas –los más aireados por la prensa– hayan hecho sombra a los problemas humanos de los indígenas y al drama del destrozo ambiental, cuando este Sínodo ha sido concebido como «rescate» de un territorio, la Amazonia, tan abandonado como vital para el planeta. En un breve comentario al final de una de las sesiones, el Papa sugirió evitar caer en clericalismos.
Sacerdotes «de segunda»
El cardenal brasileño Claudio Hummes, relator del Sínodo de la Amazonia, mencionó la ordenación sacerdotal de indígenas casados en su primer discurso. La propuesta ha recibido apoyo de algunas docenas de los 185 padres sinodales, pero muchos otros han señalado inconvenientes. La idea, formulada inicialmente por el obispo alemán Friz Lobinger, consiste en otorgar a algunos «ancianos» casados y de «probada virtud» la capacidad de impartir sacramentos pero solo dentro de su propia comunidad étnica y lingüística.
El problema es que serían sacerdotes «de segunda» respecto a los misioneros y obispos célibes, en general blancos. Muchos participantes han aconsejado reforzar «la pastoral vocacional entre los jóvenes indígenas» y la ordenación de hombres casados indígenas como diáconos permanentes, como es normal en Europa y América del Norte. Según algunos participantes, la ordenación de indígenas casados puede desmotivar a ir como misioneros a la Amazonia a sacerdotes de otros continentes o de los nueve países latinoamericanos que se reparten el territorio.
Por otro lado, en el Sínodo se registró un consenso in crescendo para dar mayor relieve institucional a la tarea de las religiosas –principales protagonistas de la evangelización de la Amazonia– y revalorizar el papel de los laicos, hombres y mujeres, favoreciendo ministerios laicales comunes en Europa como los ministros extraordinarios de la comunión, los ministerios de la Palabra, etc. Varios participantes subrayaron que el avance de las comunidades evangélicas a expensas de la católica se debe a la presencia continua de sus ministros sobre el terreno –a diferencia de los sacerdotes–, y a que se centran más en el mensaje de Jesucristo.
Como en el debate no hay ningún tema tabú y el Papa Francisco ha invitado a todos a hablar con plena libertad, algunas intervenciones sugieren propuestas ya descartadas explícitamente por el Papa como el diaconado femenino, o por documentos de Juan Pablo II, como la ordenación sacerdotal de mujeres.
El pasado mes de enero, el Papa manifestó a los periodistas que la propuesta de ordenar sacerdotes a hombres casados «me trae a la cabeza la frase de san Pablo VI: "Prefiero dar la vida antes que cambiar la ley del celibato". Yo no estoy de acuerdo con el celibato opcional». En su reciente carta apostólica que establece el «Domingo de la Palabra de Dios», el Papa invita a los obispos a reforzar la preparación de laicos, hombres y mujeres, expertos en comentar los textos sagrados y a solemnizar más el ministerio laical del lectorado, «o ministerios similares», confiriéndolos en ese tercer domingo después de la Epifanía.
En los tres primeros días del Sínodo se registró un fuerte apoyo a las propuestas de mejorar la inculturación de la fe, aprendiendo mejor los 240 idiomas indígenas. En ningún otro Sínodo se había visto un desafío tan complejo como el de evangelizar un territorio de casi ocho millones de kilómetros cuadrados con 390 pueblos indígenas.
La segunda y tercera semana del Sínodo permitirán identificar por qué este territorio sigue siendo el menos evangelizado al cabo de cuatro siglos y buscar soluciones para proponer al Papa en el documento final.
Diaconado femenino Durante el Sínodo se planteó, aunque ya fue descartado por el Papa, el diaconado femenino