ABC (1ª Edición)

El limbo de Robert Moreno

España puede cerrar en Oslo su pase a la Eurocopa, lo que siempre supuso la renovación del técnico. Falta por ver si Rubiales actúa igual que Villar

- ENRIQUE YUNTA

Como de costumbre, España estará, salvo hecatombe, en la próxima Eurocopa, algo que se le presupone a la selección sin que se tenga muy en cuenta el mérito que conlleva mantenerse siempre entre las mejores. Desde que falló en la Euro de 1992, España ha participad­o en todas las grandes citas y no muchos países pueden presumir de ello, si bien es cierto que al personal le motiva lo que pasa en verano y no en el aburrido periodo que va de Mundial a Eurocopa. Pero, y volviendo al principio de este texto, el combinado nacional tiene a tiro la clasificac­ión y puede llegar esta misma noche en Oslo, que ayer recibió a la expedición con lluvia y algo de fresco (unos siete grados a la hora de la comida), con un paisaje de película, precios disparados y gente muy seria y de pocas palabras. Al frente del grupo iba Robert Moreno, jefe de todo esto por unas circunstan­cias indeseable­s y al que, en el antiguo régimen de la Federación, se le renovaría automática­mente por conseguir el pase. ¿Actuará igual Luis Rubiales?

Crece la sensación en Las Rozas de que la apuesta por Moreno ha sido un acierto, encantados en los despachos y más que satisfecho el vestuario porque el técnico, de momento, prefiere ver, oír y aprender, el primero en asumir que tiene que ir ganándose el respeto con sigilo y prudencia. El mundo del fútbol devora, y Moreno sabe que necesita horas de vuelo para adquirir la experienci­a que le falta, es lógico. Durante años estuvo a la sombra de Luis Enrique y la vida le ha llevado a la elite sin querer, pero ya no está dispuesto a moverse de ahí. En su corta carrera como entrenador titular, solo conoce la victoria (tres partidos de la era de Luis Enrique estuvo al mando y los ganó, lo mismo con los dos que lleva siendo el preparador principal).

En aquellos días desagradab­les de verano, cuando se consumó la renuncia definitiva de Luis Enrique, sonaron nombres de entrenador­es, más o menos los de siempre, y el propio Luis Rubiales, con cierto interés para ver por dónde respiraba la gente, preguntaba a los más cercanos. Pocos, casi nadie, le dieron como respuesta el nombre de Robert Moreno, pero el presidente lo tenía claro. Nadie más apropiado que él para darle continuida­d al viaje que se emprendió en la Federación después del caótico Mundial de Rusia.

Moreno ha vivido una semana especial, la más larga desde que está en el cargo y que le ha servido para acercarse un poco más a los jugadores. Ayer, en el Ullevaal Stadion, dirigió la única sesión abierta de la semana después de cerrar a cal y canto las puertas de Las Rozas, previsible desde el momento en el que se concentró el equipo el martes y no el lunes como suele ser habitual. Al grupo le gustan sus formas porque «dice lo que siente», va de cara y no trata de atribuirse galones a base de gritos o imposicion­es por el hecho de ser jefe. Ha optado, con cierta sensatez, por mantener las normas de convivenci­a que impuso Luis Enrique, incómodo cuando no hay orden ni respeto por el compañero. Por lo demás, es un hombre tranquilo que está recorriend­o todos los campos en donde hay jugadores susceptibl­es de ser

Satisfecho

«No hay una selección más completa que España», dice Moreno, que celebra que Ansu Fati esté en la sub 21

convocados y aboga por conceder momentos de diversión a los chicos para que desconecte­n y no solo piensen en la pelota. En esta concentrac­ión ha invitado al Mago Pop.

Pendientes de la Euro

El contrato del entrenador se prolonga hasta la Eurocopa de 2020, y de ahí que surja la duda en la planta noble de Las Rozas. Con Ángel María Villar, hoy mismo tendría el papel y el bolígrafo para firmar la prolongaci­ón para dos años más siempre y cuando España gane a Noruega, pero no se puede decir que Rubiales esté por la labor de mantener las viejas tradicione­s de la casa. No hay motivos para estar descontent­os con Moreno, pero es probable que se prefiera esperar a lo que su

ceda en la Euro y no atarse de pies y manos ante un resultado desfavorab­le. Por norma, además, las grandes seleccione­s actúan en función de las actuacione­s en el torneo de turno y Rubiales ya tuvo una mala experienci­a al renovar a Julen Lopetegui poco antes de que empezara el Mundial de Rusia, al que ni siquiera llegó por su fichaje por el Madrid.

Con todo, no parece prioritari­o el tema de la renovación de Moreno ya que se responde con evasivas cuando se intenta obtener alguna informació­n. De hecho, el propio preparador pasa olímpicame­nte, o eso parece: «Ni había pensado en ello, ni me han hablado ni quiero que lo hagan. Estoy pensando en los 30 puntos de la fase de clasificac­ión, para mí no aporta ningún valor el que me hablan de ese asunto. Insisto, no hemos hablado ni espero que me hablen próximamen­te», dijo ayer Moreno en Oslo, algo más cortante en su discurso.

Queda, pues, la sensación de que la Eurocopa marcará el destino del catalán, quien de momento ya ha tiene casi resuelto el primer objetivo y que está enamorado de su equipo. «No creo que haya una selección más completa que España», afirmó ayer, feliz también por la llamada de Ansu Fati por la sub 21.

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ABC Los jugadores de la selección española, ayer en Oslo
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