Y a Cellnex le cae encima la Filomena
A Tobías Martínez le toca ahora pico y pala, quitarse de encima la nieve apelmazada por el «big deal», y demostrar que debajo del manto blanco hay un modelo de negocio capaz de igualar, al menos, la operación de Pallete
La operación anunciada por Telefónica en estos días de Filomena pandémica viene acompañada de numerosos efectos colaterales: unos beneficiosos, para la operadora y sus accionistas, y otros no tanto, para los competidores. Hacer caja con 7.700 millones de euros, unos múltiplos de valoración superiores en más de treinta veces el beneficio del activo, unas plusvalías de 3.500 millones y el compromiso de mantenimiento de los puestos de trabajo por parte del comprador es una suerte de cantar las cuarenta y anotarse las diez de monte en la reñida partida de las infraestructuras de telecomunicaciones. Claro que para el hasta ahora actor protagonista conocido como Cellnex lo que se le ha venido encima es un temporal Filomena en toda regla. Con su borrasca del norte y su canesú.
Y es que lograr la friolera de casi 8.000 millones de euros por parte del negocio de torres –los activos en Reino Unido y el cotizado cable submarino quedan fuera del perímetro de lo acordado– es algo que difícilmente podían esperar Cellnex y Tobías Martínez, quien desde hace tiempo coqueteaba con la idea de ventilarse Telxius y contar quince por zamparse la ficha rival. «No te pido que lo superes, te pido que me lo iguales», tal y como lo vería nuestro José Mota.
Pero, claro, era imposible igualar ese montante, en efectivo y garantizando que no se destruyen los empleos. Imposible... salvo para otro grande de la talla de American Tower, un viejo conocido de Telefónica como socio prioritario desde hace años y un temido competidor para Cellnex, acostumbrado a ir sumando torres, tacita a tacita, sin que casi nadie le plantara cara en su terreno, en el de las infraestructuras de telecomunicaciones puras y duras. Para el amigo americano –ya imagino que la Administración Biden estará encantada con que uno de sus alumnos aventajados ponga un pie en Europa por la puerta grande–, la oportunidad es fabulosa... casi tanto como para KKR y Pontegadea, que han visto multiplicada su inversión de la noche a la mañana por acompañar a Telefónica en una travesía que hace apenas unos pocos años parecía una excentricidad.
Ahora, ya digo, a Martínez, hasta ahora prácticamente con el monopolio de las torres en Europa, le toca pico y pala, quitarse de encima la nieve apelmazada por el «big deal» y demostrar que debajo del manto blanco hay un modelo de negocio capaz de, por lo menos, igualar la operación de José María Álvarez-Pallete.