Europa mira a Rusia desesperada por contar con más vacunas
► Después de los problemas con AstraZeneca, los europeos convocan una cumbre especial para tratar de solucionar la falta de suministro
Diplomacia
La vacuna se ha cruzado en un momento tenso por el escaso respeto a los derechos humanos
Las vacunas contra la pandemia han entrado de lleno en la discusión estratégica de la Unión Europea en un ambiente de ansiedad generalizada por la falta de vacunas. Los jefes de Estado o de Gobierno se reunirán virtualmente el jueves 25 de este mes para intentar mantener la unidad en una situación extremadamente compleja, puesto que la falta de vacunas está llevando a muchos países a abrir la posibilidad de utilizar la que ha desarrollado Rusia, un país con el que en estos momentos las relaciones son de gran tensión por los abusos de Vladímir Putin contra el opositor Aleksei Navalny. El alto representante para la política exterior, Josep Borrell, viaja el viernes a Moscú en un ambiente particularmente tenso debido a los últimos acontecimientos políticos en Rusia. Por un lado Borrell recibe presiones para reprochar a Putin su escaso respeto a los derechos humanos pero por otro en Europa se multiplican las declaraciones de los dirigentes políticos abriendo la puerta a la utilización de la vacuna rusa Sputnik V. Tanto la canciller alemana Ángela Merkel, como el presidente francés Emmanuel Macron, o incluso ayer mismo la nueva ministra española de Sanidad Carolina Darias, se han mostrado favorables a la utilización del preparado ruso. Durante su primera intervención en el Congreso como titular de esta cartera la ministra dijo que «vamos a recibir con entusiasmo cualquier vacuna que tenga la autorización de la EMA, ese es el único margen». De hecho, todos los dirigentes que se han referido a esta posibilidad han antepuesto el criterio de que la Sputnik, que según los estudios reconocidos por la revista «The Lancet» tiene una efectividad del 91,6%, sea aprobada formalmente para su uso comercial por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). El estudio hecho por Rusia en el que se basa este porcentaje, sin embargo, se refiere solamente a un grupo muy pequeño de personas y según los expertos contiene numerosos interrogantes sobre la metodología y la técnica con la que se ha llevado a cabo.
El autócrata ruso Vladímir Putin ha ofrecido ya a la Unión Europea 100 millones de vacunas y también ha enviado a Alemania expertos oficialmente para estudiar la posibilidad de que la empresa farmacéutica alemana IDT Biologika, ubicada en el estado de Sajonia-Anhalt, pudiera producirla en sus instalaciones. También se ha difundido la información de que el Russian Direct Investment Fund (RDIF), que es oficialmente la entidad que gestiona la producción de Sputnik-V solicitó la aprobación por parte de la EMA a finales de enero, lo que calificó de «un hito importantísimo» en la lucha contra el Covid-19 cuando en realidad lo único que ha habido han sido solamente «contactos preliminares» para iniciar formalmente este proceso de aprobación comercial tal vez en los próximos días. La EMA, por su parte, se comprometió a anunciar oficialmente el inicio del proceso de análisis de la vacuna, cosa que no se ha producido todavía. Las diferencias en la metodología científica de los laboratorios rusos con los occidentales son todavía muy grandes y por ahora Moscú mantiene una actitud opaca respecto a los métodos de sus principales laboratorios.
Sin embargo, es un hecho que los planes iniciales de la Comisión Euro
pea en los que se basan a su vez los de muchos países miembros para tratar de vacunar a un porcentaje relevante de la población –el 70 por ciento al menos– en verano, están cada día más alejados y muchos dirigentes están dispuestos a buscar remedios donde sea. Hungría ha comprado ya una cantidad simbólica, unas 40.000 dosis de Sputnik pero todavía no ha empezado a usarlas. Para ello deberá aprobar una autorización de emergencia con carácter nacional, lo que convierte al Gobierno húngaro en responsable de los efectos indeseados que pudieran producirse. En Serbia, un país que es un aliado tradicional de Rusia, sorprendentemente han optado por usar de forma masiva la vacuna china, en lugar de esperar a que la vecina UE le facilite las suyas cuando la producción lo permita.
Cuando le preguntaron a la canciller Merkel sobre ello, dijo que no creía que las «diferencias políticas» con Putin fueran un obstáculo. Pero no está claro que Polonia o los países bálticos estén de acuerdo con poner en manos de Rusia la salud de sus ciudadanos. Por eso el presidente del Consejo, Charles Michel , ha decidido convocar esta cumbre y no es casualidad que se haya anunciado que los dos temas de la reunión son Covid y Defensa.