Alarma en la vieja guardia del PP por el rumbo del partido
∑ Exministros expresan su preocupación por la ruptura del espacio de centro-derecha
El desastre electoral del PP en Cataluña ha terminado de disparar las alarmas en la vieja guardia del partido por el rumbo que está tomando. Varios exministros y antiguos dirigentes populares, de la época de Aznar y Rajoy, no ocultan su preocupación y su advertencia del desastre al que puede estar abocada su formación política si no se corrige la estrategia con prontitud. Algunas fuentes consultadas advierten, incluso, del riesgo de desaparición si el PP no es capaz de «unir y sumar» en el espacio de centro-derecha.
La noche del 14-F supuso un golpe moral para todos en el PP, los nuevos y los veteranos. En Génova no han querido hacer autocrítica de forma pública, por ahora. Pero la dirección nacional asume que la campaña del PP catalán ha dejado al descubierto una estructura interna muy débil y claramente mejorable. Reforzar el equipo del partido en Cataluña, y renovarlo en parte, está ya apuntado como tarea prioritaria en la agenda de los populares.
Dirigentes veteranos del PP, sin embargo, van más allá de la organización del partido en Cataluña y apuntan a un problema que afecta de lleno al proyecto nacional. Fuentes que formaron parte de los gobiernos del PP subrayan los tres errores que ha cometido Pablo Casado desde el pasado verano. El primero de ellos, aseguran, fue la destitución fulminante de la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo. El siguiente error que señalan es la ruptura total con Vox en la moción de censura de octubre, y sobre todo el choque directo con Santiago Abascal. Y otro error que añaden a la lista fue el desmarque de Casado de la gestión de Rajoy frente al referéndum ilegal del 1 de octubre, una cuestión que en realidad ha sido muy criticada, hasta producir indignación, por los de antes y los de ahora.
Un «desastre»
Uno de los exministros consultados advierte de que la estrategia puesta en marcha desde Génova, con la ruptura con Vox como punto culminante, ha demostrado ser un «desastre», porque el objetivo debe ser «unir a todos» y no levantar trincheras entre los partidos que están a la derecha del PSOE. «El Partido Popular corre riesgo de desaparecer», advierte. «O sirve para unir o sencillamente no sirve y pierde su utilidad». El resultado en Cataluña es el mejor ejemplo, a su juicio, de lo que puede ocurrir con el Partido Popular si mantiene esa línea de ruptura y no de unión.
«La estrategia del PP, junto a Ciudadanos y Vox, no puede ser otra que forjar una alternativa defensora de la Constitución. Y para eso no nos podemos dedicar a pisar callos a Santiago Abascal», comentan fuentes de épocas pasadas del partido, cuando ganaba por mayoría absoluta con un centro-derecha unido en torno a las siglas populares.
«Hay que intentar sumar, ese es el camino. Las rupturas nunca son buenas», comenta otro exministro, quien cree, sin embargo, que aún hay tiempo para la reconstrucción de un espacio unido para poder vencer a la izquierda en las elecciones.
Las críticas procedentes de la vieja guardia alcanzan también el cambio de sede, anunciado el martes por Casado en el Comité Ejecutivo Nacional, dos días después de las elecciones en Cataluña. Fuentes consultadas consideran un error anunciar el cierre de Génova, más que un símbolo para el PP, justo en ese momento. Ahí coinciden con miembros del PP actual, quienes creen que se podía haber hecho mucho antes. «Hay razones objetivas para cerrar la sede, pero no justo después de que el partido casi desapareciera en una comunidad autónoma», argumentan.
Génova es más que una sede, es la imagen visible del partido, un símbolo asociado al PP, y algunos temen que su desaparición se relacione en la calle con el estado de salud del partido. Precisamente, la dirección nacional quiere una mudanza rápida, antes del verano, para pasar página cuanto antes y ofrecer la nueva imagen del partido, que esperan reforzar de forma definitiva en la convención nacional convocada para el próximo otoño.
Desde que Casado lanzó la noticia bomba, dirigentes en activo del PP respaldaron su decisión, con mayor o menor entusiasmo. Todos los barones expresaron, como mínimo, su respeto a la intención del presidente del partido. Algunos, como Ayuso o Monago en los órganos internos, aplaudieron explícitamente el «gesto».
Ayer, además, diputados y senadores del PP escenificaron su apoyo a Casado y García Egea, en una semana complicada. En la sesión de control del Congreso, los diputados presentes quisieron expresar su respaldo a ambos con un aplauso puestos en pie después de sus intervenciones.