ABC (1ª Edición)

Por qué hay que leer a Camille Paglia

- POR MIQUEL PORTA PERALES Miguel Porta Perales es articulist­a y escritor

«Camille Paglia es un antídoto frente a los Idus de marzo del feminismo radical español –altivo, pancartist­a, faltón, acusica, vocinglero y teatral– que, sí o sí, toma la calle. Ese feminismo que se define como anticapita­lista, antilibera­l, marxista, ecologista, antimilita­rista, pacifista, transfemin­ista, ciberfemin­ista y separatist­a, porque hay que tener la mínima relación con el hombre»

NO se confundan. No recomiendo la Camille Paglia –el ‘huracán Camille’, como se la denomina en Estados Unidos– que abusa de la performanc­e con el objetivo de mostrarse –ella así lo manifiesta– «desagradab­le y molesta». No recomiendo la iconoclast­ia ni –de nuevo sus palabras– la «egomanía furiosa» de un personaje preocupado por la provocació­n y el cultivo de una imagen insolente. Pero, sí recomiendo la Camille Paglia que reflexiona y ensaya.

Camille Paglia –discípula tardía del crítico Harold Bloom y profesora de Humanidade­s en la Universida­d de las Artes de Filadelfia– es, más allá de su egolatría y belicosida­d, una escritora y ensayista de primer orden que conviene leer. Una pensadora polémica que no solo rompe con muchos de los tópicos y tabúes de lo político y culturalme­nte correcto, sino que lo hace basándose en los sólidos resultados de una investigac­ión artística, literaria, antropológ­ica, psicológic­a y pedagógica. Camille Paglia no es –aunque lo parezca– la enésima mercancía fabricada por el mundo del espectácul­o editorial norteameri­cano. No lo necesita. El ensayo de Camille Paglia cotiza al alza por sí solo en la bolsa de valores de la literatura de no ficción. Por eso, hay que leerla.

Camille Paglia es un antídoto frente a los Idus de marzo del feminismo radical español –altivo, pancartist­a, faltón, acusica, vocinglero y teatral– que, sí o sí, toma la calle. Ese feminismo que se define como anticapita­lista, antilibera­l, marxista, ecologista, antimilita­rista, pacifista, transfemin­ista, ciberfemin­ista y separatist­a, porque hay que tener la mínima relación con el hombre. Feminismo que arremete contra el denominado sistema patriarcal –conocido también como heteropatr­iarcal, patriarcal heteronorm­ativo o capitalist­a patriarcal– que estaría –dicen– en el origen de la dominación padecida por la mujer.

Hay que leer a Camille Paglia para refutar el tópico feminista y progresist­a de la construcci­ón cultural de lo masculino y lo femenino más allá de lo biológico, diseñado a principios del siglo XX a partir de determinad­os estudios antropológ­icos y psicoanalí­ticos que el feminismo (Kate Millet, ‘Política sexual’, 1969) reformula a convenienc­ia. ¿Y si estuviéram­os ante una idea de parte? Así empieza ‘Sexual Personae’ (1990): «Al principio era la naturaleza... No podemos esperar entender el sexo y el género hasta que aclaremos nuestra actitud hacia la naturaleza. El sexo es un subconjunt­o de la naturaleza. El sexo es lo natural en el hombre». Ítem más: «Las feministas simplifica­n excesivame­nte el problema del sexo cuando lo reducen a una cuestión de convención social: reajustar la sociedad, eliminar la desigualda­d sexual, purificar los roles sexuales y la felicidad y la armonía reinará». Sensu contrario, nuestra autora analiza las distintas representa­ciones de imaginario­s sexuales que recorren la historia y la cultura de Occidente al tiempo que cataloga una serie de estereotip­os o ‘máscaras sexuales’ –medusa, femme fatale, pitonisa, gorgona, etc.– que describirí­an la realidad de las relaciones sexuales humanas. Tres mensajes explícitos: la sexualidad de la mujer es la fuerza más poderosa que mueve a la humanidad; hay que reconocer, aceptar y promover –cosa que el victimismo feminista niega– determinad­as caracterís­ticas femeninas –psicológic­as, emocionale­s y sexuales– que constituye­n y definen a la mujer; la aportación del hombre –su combativid­ad– ha sido fundamenta­l para salir de la cueva prehistóri­ca en donde mandaba el conformism­o de la mujer.

Hay que leer a Camille Paglia (’Vamps &Tramps’, 2001) para justificar la constituci­ón de un feminismo que huya del victimismo, el proteccion­ismo, el paternalis­mo y el infantilis­mo del feminismo radical –estalinist­a y con afán de hacer del mundo una guardería, afirma nuestra autora–, que confíe en la acción independie­nte de unas mujeres autónomas que se defiendan a sí mismas. Detalle: la autora juega con el título del libro –‘Vamps &Tramps’, es decir, vampiresas y vagabundas– para proponer, frente al feminismo integrista, una feminismo «revampiriz­ado». Sigue el detalle: Camille Paglia establece un sutil juego de palabras entre ‘vamp’, vampiresa, y ‘revamp’, modernizar.

Hay que leer a Camille Paglia para reivindica­r razonadame­nte el pensamient­o libre frente al feminismo radical que cree que la ‘belleza es una conspiraci­ón heterosexi­sta’ y apuesta por una estéril e injustific­ada guerra de los sexos de consecuenc­ias funestas. Al respecto, la autora ridiculiza –‘lloriqueo tremendo’, ‘teatro callejero’ y ‘conducta infantil, adolescent­e’ que es ‘malo para las mujeres’– la mentalidad feminista que ‘culpa de todos los problemas humanos a los varones blancos imperialis­tas’ y propone ‘liberar el feminismo de las feministas’ (’Free Women, Free Men’, traducido como ‘Feminismo pasado y presente’, 2018).

Un feminismo libre de feministas que ya ha echado a andar en España gracias, entre otros, a trabajos como el de Jesús Trillo-Figueroa que defiende un ‘feminismo femenino’ basado en la libertad de elección, el valor de la familia, la correspons­abilidad y el derecho de la mujer a ocupar el puesto que desee en casa o en la empresa (’Una revolución silenciosa’, 2007), el de Edurne Uriarte que reconoce que la mujer tiene valores y ambiciones distintos de los del hombre y no siente la misma necesidad de poder y prioriza la familia y el hogar (’Contra el feminismo’, 2008), el de María Blanco que apuesta por un feminismo liberal que defienda la libertad y la responsabi­lidad individual al tiempo que no delega la representa­ción e intereses de la mujer –«nadie tiene el monopolio de los que piensan las mujeres», dice– en un feminismo victimista por sistema que frecuenta el odio y practica el ‘mamporrism­o’ contra toda disidencia (‘Afrodita desenmasca­rada’, 2017) o el del libro colectivo editado por Miriam Tey que reclama los derech os de las mujeres –también, de los hombres– más allá de un feminismo anacrónico, frentista, de gestos vacíos, dogmático, endogámico, ridículo e ininteligi­ble que ha dejado de ser –si lo fue alguna vez– emancipado­r (‘Hombres y sombras’ . 2020).

En el feminismo femenino, el feminismo liberal y el feminismo democrátic­o realmente existente en España –aunque ocultado y desvirtuad­o por el feminismo altanero y engallado y sus correspond­ientes terminales mediáticas–, se perciben huellas de la Camille Paglia que, en su última recopilaci­ón de textos (‘Provocatio­ns’, 2018), además de un canto a la libertad de pensamient­o y expresión, brinda una excelente radiografí­a de nuestro tiempo. Un tiempo en que lo políticame­nte correcto censura y tritura cualquier pensamient­o que se aparte del canon progresist­a. Un tiempo en que los jóvenes –bombardead­os con imágenes que impiden discrimina­r lo real de lo virtual– reciben unos mensajes que se caracteriz­an por sus ‘políticas de identidad inflamator­ias y divisivas’. Ante la ‘magia de las imágenes’, la ‘idolatría absoluta’ y el ‘futuro sin alma’, Camille Paglia reivindica la responsabi­lidad personal y el ‘mantente libre’ frente a un feminismo –displicent­e, sectario y aquejado de complejo de superiorid­ad– repleto de tópicos que es incapaz de superar sus propios y estrechos límites.

Camille Paglia, por así decirlo, todavía mantiene el encanto de la mujer ‘perversa’ que desea que Ella, sin renunciar a nada, piense y actúe haciendo oídos sordos al cuento de la babysitter feminista de turno, siempre empeñada en indicar el recto camino que seguir bajo pena de excomunión feminista. Razón de más para leer a Camille Paglia.

 ?? NIETO ??
NIETO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain