«Desde que lo toma, razona mejor, de forma más natural»
Guillem Gracia, joven de Lérida de 26 años con síndrome de Down, es la prueba fehaciente de que el extracto de té verde mejora la capacidad cognitiva de las personas que nacen con esta alteración genética. Cuando tenía 18 años, participó en un estudio liderado por la prestigiosa investigadora Mara Dierssen, del Centro de Regulación Genómica (CRG) de Barcelona e impulsado por el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM). «Vi que al frente estaba Mara Dierssen y lo tuve claro», explica a este diario Pilar Sanjuán, madre de Guillem.
«Es un producto natural, que a priori, no supone un riesgo para la salud. Pensamos que iría bien, aunque no teníamos la certeza. Decidimos que Guillem participara por solidaridad hacia la comunidad», señala Pilar, también secretaria de la asociación Down
Rapidez
La mejora en la calidad de concentración se produjo al poco tiempo de ingerirlo
España. La investigación duró un año aproximadamente y los efectos del extracto de té verde sobre Guillem no se hicieron esperar. «Percibimos una rápida mejora en muchos aspectos. Fue muy rápido el efecto. Mejoraron muchas cosas, su capacidad de concentración, su razonamiento lógico, su percepción de las cosas de su entorno, todo lo razonaba mejor», afirma la madre de Guillem, que sigue tomando el complemento de té verde cada mañana y cada noche. «No quiere dejarlo. No fuimos los únicos que percibimos su mejora. Él también la vio y está encantado. Por eso, está interesado en no dejar el tratamiento», añade la madre. Pilar ha asistido a la transformación de su hijo. Ha visto cómo el té verde estimulaba las ganas y también «la forma de aprender» de Guillem.
«Con el tratamiento empezó a interesarse por todo lo que come, las calorías que tiene cada producto, etc. Nunca hasta ahora había entendido cómo funcionaba todo esto. Mi hijo lo aprende ahora de una forma natural», señala. Además, su curiosidad por la comida le ha llevado a trabajar en la cocina de una escuela.