El misterioso equipaje de Villarejo en su adiós a la cárcel
Su mujer Gemma Alcalá aguardó tres horas en la puerta de Estremera, acallando los rumores de su separación
Más de uno se ha preguntado esta semana cuál es el tamaño de las celdas de Estremera para poder dar cabida a la montaña de pertenencias con la que
José Manuel Villarejo abandonó la prisión el pasado miércoles. Dos presos le ayudaron a empujar la jaula en la que trasladó al coche todo lo acumulado durante sus tres años y cuatro meses, privado de libertad. «Libros, documentos, tomos del sumario judicial y enseres de aseo es lo que llevaba. Sobre todo fardos con papeles porque el expediente judicial es inabarcable. Hay que tener en cuenta además que estudia Ciencias Políticas por la UNED y los tomos son gordos. También llevaba mucha ropa», relata una fuente consultada por ABC. «Tardaron muchísimo en recoger la celda. Un par de horas. El abogado llegó antes de las cuatro de la tarde y no salieron hasta las seis media. La mayor parte del tiempo la pasaron empaquetando», agrega.
Decenas de cámaras se agolpaban en la puerta para retratar la salida del excomisario y su puesta en escena no defraudó. Si antes los memes se cebaban con la carpeta con la que se cubría medio rostro, ahora se centran en su parche. No faltaron las comparaciones con el elenco de ‘Piratas del Caribe’ o incluso Madonna, en su disco ‘Madame X’. «El pasado febrero sufrió un accidente vascular. Padece hipertensión crónica y en una crisis se le desprendió el párpado», añade otra fuente. Tampoco pasó desapercibido su polo de doble bandera de la marca Valecuatro, creada en 2002 por dos empresarios argentinos y que patrocina eventos de polo, pádel o la hípica. Llamó la atención su camisa blanca recién planchada y una barba mal recortada. «Le pilló todo del golpe».
Villarejo ocupó un módulo especial de Estremera para miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y allí, formó su camarilla de fieles. «Es un tipo listo, divertido y muy buen conversador».
Abrazo con su mujer
La salida de Villarejo de prisión sirvió para acallar los rumores que apuntaban a una posible separación de su mujer Gemma Alcalá –con la que tiene una hija de doce años– a pesar de que ha acudido regularmente a los vis a vis. El mandamiento de libertad llegó a Estremera sobre las cuatro de la tarde. Unos minutos antes aparecían su esposa y su abogado. Gemma permaneció en el interior del coche en el parking de la cárcel hasta que la avisaron para desplazarse hasta la puerta. Se fundió en un cariñoso abrazo con su marido, ayudó a cargar y se volvió a meter en el interior del vehículo. Camuflada con unas gafas de sol y una boina, trató de esquivar el objetivo de las cámaras.
Condujo ella de vuelta a Madrid, mientras que Villarejo ocupó el asiento de copiloto y el abogado se sentó detrás. Pusieron rumbo a la finca del matrimonio El Montecillo, en Boadilla del Monte. Una casa blindada por una gran verja y un largo trecho hasta llegar al inmueble y que guarda cierto aire con la famosa Cantora. La casa de Villarejo esconde todo tipo de excentricidades como una galería de tiro, instalada en el sótano.