ABC (1ª Edición)

Jaime Peñafiel «Que las Infantas se hayan vacunado no es un delito. Es un complot contra la Monarquía»

El veterano periodista acaba de publicar su último libro en homenaje a Don Juan Carlos. Para él ha sido el mejor Rey de España, y teme que Pedro Sánchez y su socio proclamen la III República

- PILAR VIDAL

Asus 88 años, Jaime Peñafiel, no renuncia a su elegancia británica a la hora de vestir y menos ahora que ha superado el Covid que a punto ha estado de costarle la vida. «Esta tarde me vacuno, no me hace falta porque tengo muchos anticuerpo­s pero voy a ser el primer periodista en hacerlo, ya que de mi quinta soy el único en activo», presume al comienzo de nuestra charla en el salón de su casa, un museo lleno de recuerdos y experienci­as vividas que resulta una master class para los que nos dedicamos a esto de la crónica social. Me muestra con orgullo una fotografía con el Príncipe Felipe de Edimburgo, al que entrevistó durante su etapa como director de ‘¡Hola!’. «Es de las pocas entrevista­s que ha concedido. Hace un año cuando fuimos a Buckigham Palace le llevé la foto a su hijo Carlos de Inglaterra y cuando se la enseñé no se lo creía». Antes de que hablemos de ‘Los reyes también lloran ’(Grijalbo) su reconocimi­ento literario al exmonarca ahora retirado en Dubai y tan denostado en los últimos meses, quiere defender a las Infantas Elena y Cristina. Esta semana ha protagoniz­ado la polémica por su vacunación contra el Covid en Emiratos Árabes durante su última visita a su padre hace unas semanas.

«Son las hijas de un señor vulnerable al que han ido a ver y se han tenido que vacunar. Dónde esté el delito para que esté todo el mundo en contra e indignado, hasta el presidente de Cantabria. Yo pienso que España es un país miserable. Pedro Sánchez quiere ser el presidente de la tercera República, que por cierto, está a la vuelta de la esquina», augura indignado. Dice que le debe mucho a Don Juan Carlos y que este le ha distinguid­o en momentos muy delicados de su vida por eso necesitaba recordar su figura «con sus luces y sus sombras porque no las oculto. Toda la prensa incluído yo, hemos sido cooperador­es, muy cortesanos y hemos ocultado todo aunque lo sabíamos», pero aún así para él ha sido el mejor rey de este país al que no auguraba este final ni en el peor de sus sueños. «Nadie puede echar a un ciudadano de su país y que un hijo haya expulsado a su padre de su casa, da mal ejemplo. Se equivocan al decir que no puede volver, puede hacerlo cuando le dé la gana».

Lo que pasa, según Jaime, es que no sabe a dónde. «Antes de morir, Fernando Falcó, que era muy amigo mío, me dijo: «Me sorprende que ni la Casa de Alba, ni grandes nobles o empresario­s que han sido beneficiad­os por el Rey le ofrezcan un refugio. Sin embargo, cuando Juan Carlos vino a España con 12 años, mis padres, que eran dueños del mejor palacio del paseo de la Castellana, nos fuimos todos y dejamos a aquel niño con su ayudante en nuestro palacio para que viviera allí», critica para remover conciencia­s. Tampoco está de acuerdo cuando se dice que Don Juan Carlos se ha enriquecid­o de sus amigos saudíes: «Los árabes no dan comisiones sino los empresario­s, y lo único en lo que ha fallado es en no haber regulariza­do fiscalment­e ese dinero. La justicia española no le ha encausado en nada. Es todo un complot del Gobierno contra la Monarquía». Él sufrió mucho por el dinero y eso le humanizó. «Cuando me nombraron director de ‘¡Hola!’ me llamó para ir a Zarzuela y me preguntó cuánto me pagaban. Él me lloró que solo ganaba 70.000 pesetas para todo: salir, comer, vestir e incluso para la peluquería de la Reina. Me lo dijo con una tristeza enorme, casi llorando».

Preso de Sánchez

Para Peñafiel, Felipe VI es muy buena persona, pero «está preso por Sánchez y su socio Pablo Iglesias. Tienen mucho poder y movilizan a la opinión pública. El Rey no tiene un plan B, solo aguantar». Si compara a padre e hijo destaca que Felipe VI no tiene la empatía de Don Juan Carlos y él siempre ve en él una mirada triste. «Quizás se le ha quedado esa tristeza del adolescent­e que le tocó convivir solo con sus padres –un matrimonio mal avenido– en Zarzuela. Su hermana Cristina se había mudado a Barcelona y Elena se casó». Demasiados desplantes para Doña Sofía. «Tenía que haberse divorciado en su momento, es una ley a la que pueden acceder todos los españoles. Su hija lo está, y su nuera también. A nadie le

hubiera sorprendid­o ya que estaba cargada de razones», le reprocha el periodista. «Un amigo mío dice que las mujeres suelen estar enganchada­s al hombre que las hace sufrir. Doña Sofía tiene un comportami­ento muy extraño, el día que Don Juan Carlos abandonó España, ella se fue a El Corte Inglés a comprar cremas».

Peñafiel, que es muy de colecciona­r grandes frases, resume los matrimonio­s reales fracasados en una que pronunció la Reina Isabel II al enterarse de que su marido tenía aventuras: «A mi marido no le pido fidelidad, le pido lealtad». En este libro se atreve a desvelar algunos de los secretos que compartió con Sabino Fernández Campos, el que fuese Jefe de la Casa Real y uno de sus mejores confidente­s. «Estoy enfadado con su viuda María Teresa porque quiero que publique sus papeles. Ella dice que no existen pero yo los he visto y se que él, cada día al llegar a casa escribía todo lo que le pasaba», revela.

Despedida de Sabino

Don Juan Carlos le despidió durante su tradiciona­l comida anual en Horcher. Doña Sofía se echó a llorar según Peñafiel porque durante años había sido su mejor apoyo y su paño de lágrimas. «Hasta la propia María Teresa le hizo preguntarl­e a mi mujer si entre ellos había existido algo más». Pero Doña Sofía, a diferencia de su marido, siempre le ha sido fiel y eso que la han pretendido hombres muy importante­s. A ‘la amiga entrañable’, como se refiere a la princesa Corinna prefiere no dedicarle mucho espacio. «No hay nada peor que una mujer despechada. Fue muy torpe Don Juan Carlos al pedirle matrimonio y luego decirle que se arrepentía porque tenía una amante valenciana, Sol Bacharach, la viuda del catedrátic­o y político valenciano Manuel Broseta, quien fue asesinado por ETA en 1992, y a la que nadie conococíam­os». Pero a diferencia de su abuelo, que llenó Madrid de hijos bastardos, él no ha tenido ninguno fuera del matrimonio.

El autor no cree en la futurologí­a por eso prefiere referirse a la Princesa Leonor como lo que es hoy. «Está muy bien que se vaya a estudiar a un internado fuera, lejos del control, sobre todo materno. Así adquirirá una personalid­ad propia y le vendrá bien. Tenía que haber ido a un colegio público al igual que el resto de herederas europeas», opina. De todos es conocida la crítica feroz del periodista hacia Doña Letizia, pero en su estantería de recuerdos hay una foto de ambos en un acto de hace años y que guarda con cariño.

"Sufrió por dinero

Don Juan Carlos me lloró porque con 70.000 pesetas no podía vivir en la época de Franco

Regreso incierto

Puede volver a España cuando quiera, pero nadie le ha ofrecido un lugar para quedarse

Divorcio obligado

Doña Sofía tenía que haberse divorciado en su momento. A nadie le hubiera sorprendid­o. Estaba cargada de razones

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