He pasado el Covid-19
Como uno más de otros miles de españoles, yo también he pasado el Covid19, desde el 14 de marzo al día 30 del mismo mes, en que me dieron el alta hospitalaria. Quiero y necesito manifestar y dar las gracias a Dios, primeramente, y a todos aquellos profesionales de la sanidad que me han atendido con una dedicación y empatía que merece los mejores elogios por su calidad y calidez, por su sabiduría y cuidados constantes. Siempre fui bien tratado y escuchado. Siempre se interesaron por mí, tanto en visitas presenciales como en los seguimientos telefónicos. Señalo los centros –todos ellos públicos– por gratitud: centro de salud de Potosí, 7; hospital de la Princesa, en urgencias, y hospital Enfermera Isabel zendal. En sus cuidados y atenciones he experimentado la sabiduría de los profesionales de la salud, y el amor de Dios que ellos me hacían sentir.
En todo momento vi una preocupación personal –humana y atenta– a cualquier necesidad o preocupación que pudiera tener. No he sentido en ninguno de los días y momentos ni descuido ni desatención.
Quiero señalar especialmente los días pasados en el hospital Zendal, donde me derivaron con una neumonía que requería unos cuidados especiales. Tanto los servicios generales del hospital –atención sanitaria, constantes cuidados– como los servicios de comida y de limpieza han sido inmejorables.
Pero si estas atenciones han merecido todo mi agradecimiento, me faltan palabras para valorar los cuidados, cercanía y humanidad de los sanitarios, ellas y ellos, que constantemente estaban preocupados por mi salud y mi bienestar.
Por todo ello quiero prestar mi testimonio de agradecimiento a todo el personal que me ha cuidado y que me ha hecho sentir parte importante de una sociedad que sabe cuidar a sus ciudadanos y, especialmente, a sus enfermos. Gracias. Gracias. Dios les bendiga. FRANCISCO BLANCO MARTÍN MADRID