Choque entre los conservadores alemanes por el sucesor de Merkel
► Por primera vez desde 1945 la CDU y su aliada CSU no se ponen de acuerdo a la hora de elegir candidato
La lucha por la candidatura conservadora a la Cancillería de Berlín, la sucesión de Merkel después de cuatro legislaturas consecutivas en el poder, alcanzó ayer el máximo grado de tensión y dramatismo, cuando los dos partidos que desde la fundación de la República Federal se presentan conjuntamente a las elecciones generales, CDU y CSU, designaron diferentes candidatos para las del 26 de septiembre.
Los dos más altos órganos directivos de la Unión Cristianodemócrata (CDU) apoyaron unánimemente a su presidente y presidente regional de Renania Norte-Westfalia, Armin Laschet, que compareció ante la prensa para presentar la que sería su línea de actuación si logra imponerse. Subrayó el adjetivo social, del sistema de economía de mercado, prometiendo acuerdos con patronal y sindicatos para mantener el empleo en Alemania. Se mostró decidido a defender que cada alemán, independientemente de su procedencia o del nivel económico de sus padres, pueda, a través de la educación y el esfuerzo, encontrar
Aliados pero diferentes Laschet es el candidato a la Cancillería el próximo septiembre de la CDU, pero la CSU prefiere a Söder
Posibilidades de ganar Los sondeos dicen que el elegido por el partido menor, la CSU, es el que tiene más tirón entre los votantes
su propio lugar en la sociedad. Recordó que en el país hay millones de ciudadanos con trasfondo migratorio que participan activamente en la política y aseguró que buscará «el tono correcto y las respuesta correcta» para ganar sus votos. Y, finalmente, se refirió al carácter europeísta de su candidatura, señalando que «los países del sur de Europa lo tienen más difícil que nosotros», y repitiendo la frase con la que Merkel ha sellado las ayudas europeas en las dos últimas crisis: «A Alemania le va bien cuando le va bien a Europa».
Comisión negociadora
Pero apenas unas horas después, el ‘Presidium’ de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) votó unánimemente, por su parte, por el presidente bávaro, Markus Söder, lo que en teoría dejaba el asunto en manos de una comisión negociadora integrada por cinco destacados miembros de cada uno de los dos partidos.
Fuentes presentes en la reunión filtraron que durante la junta dijo Söder a los suyos que «todavía hay margen de maniobra». «Hoy no es el día de la decisión, nos sentaremos para negociar al final de la semana, pero no seremos solo dos personas, sino que pediré que estén presentes representantes de la CSU y que luego consultemos con la CDU», aseguró Söder definiendo así la estrategia. En declaraciones públicas realizadas algo más tarde, clavó una cuña en la negociación de la comisión al sugerir que la decisión debería ser tomada por una votación más amplia y «propia del siglo XXI, porque ya no es válido que cuatro políticos tomen estas decisiones a puerta cerrada». «Habría que tener en cuenta al menos los votos de las asociaciones regionales de la CDU, que habría que clasificar tranquilamente en los próximos días», dijo, «al menos todavía hay una necesidad de discusión… La decisión también debe tener en cuenta el estado de ánimo de la población».
Según el secretario general de la CSU, Markus Blume, harán falta al menos unos días para resolver la cuestión. «Hoy no es el día de la decisión, sino el inicio de las deliberaciones. No se trata de tomar decisiones rápidas, se trata de tomar decisiones correctas», rebajó la expectación.
Mientras en las sedes de los partidos se designaba ayer a toda prisa a los componentes de la comisión, entre los que figurarán seguramente el presidente del Bundestag, Wolfgang Schäuble, y el destacado socialcristiano bávaro que en su día fue candidato conjunto y un fracaso electoral, Edmund Steober, el grupo parlamentario conjunto insistía en su deseo de pronunciarse.
«Es importante escuchar a los grupos parlamentarios y estoy listo para liderar una discusión en el grupo parlamentario mañana mismo», respondió Söder, consciente de que tiene mucho que ganar en cuanto logre extraer la decisión del grupo cerrado de la directiva de la CDU que controla Laschet. También dijo que le gustaría que pudiesen ser consultadas las bases, aunque reconoció que «no hay tiempo suficiente para eso», y señaló que es necesario elegir al candidato «con más posibilidades de ganar, porque lo que está en juego el liderazgo en una de las campañas más difíciles desde 1998».
El silencio de Merkel
Y en su opinión, su candidatura obtendrá un resultado electoral muy superior al de Laschet. «Tengo un potencial de voto mucho más alto, calculo que un 35% más alto que si presentamos a Laschet», aventuró, llamando a la CDU a una decisión «de responsabilidad». «No estamos hablando de cargos, sino de una decisión de gran trascendencia, no solo para Alemania sino también para Europa, por lo que hemos de tomarla con un gran sentido de la responsabilidad y sabiendo que lo que importa es lo que al final van a decir los votantes». La canciller Merkel, por su parte, se mantiene en silencio y completamente al margen del proceso de decisiones. Aunque Söder ha pedido que se pronuncie y que sea tenida en cuenta, Merkel se ha desentendido de la sucesión.