Miopía infantil: la otra pandemia silenciosa
► El confinamiento del año pasado y el abuso de las pantallas, posibles causas del llamativo aumento de los problemas visuales en menores
Limitación «Durante casi tres meses las distancias más lejanas a las que mirar eran las paredes de casa»
Exceso Hubo un aumento significativo del trabajo de cerca, especialmente con dispositivos electrónicos
Carla, de 11 años y estudiante de 6º de Primaria, entró al largo confinamiento de marzo con una dioptría y salió necesitando unas gruesas gafas nuevas y serios problemas de visión. Como muchos niños de su edad, había pasado demasiado tiempo sin ver la luz del sol y frente a las pantallas: seis horas de clase, dos de deberes, más las distintas conexiones ‘online’ con las amigas. «En verano empezó a decir que no veía, que no veía… y al volver al colegio físicamente en septiembre la llevamos al oculista, para ver si lo que había ocurrido es que había crecido y necesitaba gafas nuevas. Creíamos que estaba exagerando, pero nos quedamos sorprendidos cuando comprobamos que no podía leer siquiera letras de gran tamaño», explica Mercedes, su madre.
Deterioro general
El especialista vio que la niña había perdido agudeza visual. «No podía acoplar el ojo y, por lo tanto, no podía ver ni de lejos ni de cerca», explica esta mujer, que acudió con su hija al Instituto Nacional de Optometría (INOP), donde la menor está en terapia de rehabilitación ocular desde hace seis meses.
Su caso no es excepcional. Tanto desde el INOP, como desde el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO) o desde la Organizción Mundial de la Salud, alertan del aumento de casos de deterioro en la salud visual de los niños, al que la OMS se refiere como la «otra epidemia silenciosa del siglo XXI». «El confinamiento ha supuesto una suma de factores que no ha beneficiado en absoluto a la visión», determina la optometrista Elena García Rubio, directora de INOP. «Sin duda fueron días donde las distancias más lejanas a las que miraban los niños eran las de las paredes de sus casas. A esa falta de exposición a la luz solar hay que añadir el uso (abuso) prolongado de la visión de cerca, especialmente con dispositivos electrónicos y pantallas a una distancia demasiado próxima a los ojos», recuerda esta experta.
En su consulta esto se traduce en «apariciones de miopía, subidas de graduación en aquellos niños que ya eran miopes, especialmente en aquellos que no estaban siguiendo algún tratamiento de control de la vista; numerosos casos de desequilibrio acomodativo, y cambios lentos de enfoque de cerca-lejos. También hemos tenido muchos casos reportando síntomas de sequedad ocular debido a la sobreexpocición a las pantallas».
Así lo corrobora Francisco Zunzunegui, del CNOO, para quien el uso incorrecto de las pantallas está dejando detrás «un aumento de las consultas relacionadas con la miopía y otros síntomas vinculados con el exceso de trabajo en visión cercana». Es verdad, reconoce, «que en España todavía no hay estudios al respecto, pero sí existe uno realizado en China, aunque los resultados haya que observarlos con mucha cautela. El objetivo del informe fue investigar los cambios refractivos y la prevalencia de la miopía en menores en edad escolar durante el confinamiento domiciliario del Covid-19. Se estudió la evolución de la refracción en 123.535 niños de 6 a 13 años en el periodo justo tras el confinamiento duro y el mismo periodo de los cinco años anteriores. Algunos de los resultados constataron un aumento de la prevalencia de la miopía en escolares de 6 años (21,5% frente a 5,7%), de 7 años (26,2% frente a 16,2%) y de 8 años (37,2% frente a 27,7%)».
Prevención posible
Es verdad también, reconoce Zunzunegui, «que el factor principal para tener miopía es el genético, y que si los padres son miopes muy probablemente los hijos lo sean también». Pero existe otro factor, avanza, «que cada vez está cogiendo más peso, que es el ambiental, sobre todo el aumento del trabajo en cerca y la disminución de actividades al aire libre. El ojo humano no está diseñado para realizar largos periodos de trabajo de cerca, para ello debe realizar un esfuerzo que puede conllevar unas consecuencias como las que ahora estamos detectando».
Pero, prosigue este experto del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, «si tenemos en cuenta que la visión es clave para el aprendizaje, ya que el 80 por ciento de la informacion recibida se percibe a través de ella, y que este formato online ha venido para quedarse, lo ideal es que las familias tomen una serie de precauciones si quieren evitar en la medida de lo posible la aparición problemas oculares».
Rol de la familia
En este sentido, una de las recomendaciones más importantes que hace este experto del CNOO es que los padres fomenten actividades al aire libre para evitar el incremento de la miopía. «Así se aseguran que el niño utiliza la visión de largo alcance para visualizar elementos y personas que se encuentran lejos. Además, en el exterior se produce una mayor interacción con la luz natural, un factor que puede proteger de la aparición de las dioptrías debido a los cambios en los niveles de dopamina y melatonina de la retina o los cambios del ritmo circadiano del menor». Los padres deben ser conscientes de que «desempeñan un rol fundamental en el correcto desarrollo visual de sus hijos», concluye Zunzunegui.