La moto de Maroto
Ante el violento, el político serio calla e investiga
Menuda moto averiada nos vendió ayer por la tarde Reyes Maroto. El esperpento antifascista duró cuatro horas, de una a cinco: desde que trascendió que la ministra había recibido una navaja ensangrentada hasta que se supo que el remitente es un tipo con problemas de salud mental que hasta puso su dirección en el sobre. Pero cuidado, la violencia es un tema muy serio y el envío de esa navaja no tiene ni puñetera gracia, ni las balas anónimas a Iglesias, Gámez y Marlaska, ni los adoquines con apellido que volaron contra Vox en Vallecas y Navalcarnero. Condena total sin adversativas. Punto y aparte.
Hablemos ahora del comportamiento de los políticos en relación a la violencia. Tampoco tiene gracia el espectáculo victimista que ayer ofreció Maroto, la candidata adosada que Sánchez le ha impuesto a Gabilondo. Lejos de cumplir la primera norma en temas de seguridad –no hacer públicas las amenazas anónimas– la ministra se disfrazó de hipérbole ante las cámaras de televisión: en la foto ampliada que mostró en su posado la navaja parece el cuchillo de cocodrilo Dundee. Un poco de responsabilidad, señora Maroto, que además de candidata es usted ministra nada menos que de Turismo.
Al fin entendí por qué Sánchez la subcontrató para la campaña de Madrid: ni por su locuacidad ni por su peso político, sino por su disposición a arrastrarse por el lodo electoral y a hacer lo que ni el presidente, ni el candidato Gabilondo están dispuestos: sobreactuar hasta el esperpento con tal de convulsionar una campaña perdida. Pero que tenga cuidado el PSOE, porque en esto del agitprop Pablo Iglesias es un maestro. El líder de Podemos tiene su público, tan fiel como decreciente, pero ¿a quién busca convencer el PSOE batiéndose en duelo con el populismo radical?
Ante la violencia, a los políticos solo cabe exigirles dos actitudes: condena sin matices cuando atacan al adversario y serenidad y sosiego cuando son las víctimas. Por cierto, ¿alguien cree que la presidenta de Madrid o tantos otros ministros de España no reciben amenazas? Les digo yo que sí, pero ellos son responsables y callan. Como Maroto, pero al revés.