Johnny Depp y el proceso de revelado
‘EL FOTÓGRAFO DE MINAMATA’
Dirección: Andrew Levitas. Intérpretes: Johnny Depp, Bill Nighy...
Una película con dos ambiciones, la de agitar la conciencia del mundo y la de encuadrar a una figura del fotoperiodismo, W. Eugene Smith. La primera es una ambición imposible, pues agitar lo ya muy agitado es obtener burbujas y pompas, aunque se trate, como aquí, de un deplorable suceso real ocurrido en los años setenta en la costa japonesa, con la población devastada por el vertido tóxico de una gran empresa. Y la segunda, es opinable ya que se encuadra al periodista dentro de un actor tan repunteado como Johnny Depp, excelente en el exceso y que derrama todo su magullado ‘yo’ en el personaje, lo cual se puede interpretar como personalidad actoral o como colonización, allá cada cual. El director se instala en las diseñadas imágenes del lugar y la tragedia con el apoyo visual del trabajo de archivo del periodista, es decir mezcla diseño argumental con el impacto real y fotográfico recogido por la cámara de Eugene Smith, y mantiene un hilo flojo, sin tensar, con la redacción de la revista Life (que mandó allí al periodista) quizá con el único propósito de que un actor como Bill Nighy acuda al rescate de los clichés, o sea, también de las fotos. A falta de sutilezas, la película ofrece un cierto encanto preanalógico por el doble uso del verbo revelar, o sea, destapar secretos o derramar líquidos químicos en un cuarto oscuro.