Integración vertical
Con la integración vertical de las tres áreas señaladas, EiDF ofertará una propuesta de valor diferencial en el mercado en el que opera, completando el ciclo de servicio energético y enfocándose a un nicho muy concreto: los prosumidores, un nuevo concepto que conjuga el de papel de consumidor y productor. Los prosumidores cobrarán cada vez más importancia en el sector energético, ya que los usuarios con instalaciones de autoconsumo tienen capacidad de decisión sobre la producción y consumo de su propia energía, pudiendo además intervenir y participar en la red eléctrica general a través de la compensación o venta de sus excedentes de producción.
En el área de Generación, EiDF cuenta con un pipeline avanzado cercano a los 500 MW con los que cubrirá, aproximadamente, el 10 % del total de la demanda de energía de sus clientes. Ante el creciente interés en la generación renovable, Fernando Romero apunta a que «el sector tocará techo pronto. Hay proyectos que no se sustentan en cifras reales y que juegan con la especulación e interés lucrativo. Así que nos reafirmamos en nuestro objetivo de negocio: el autoconsumo, al que sumaremos la generación y comercialización de energía para nuestros clientes, cubriendo toda la cadena de valor en proyectos fotovoltaicos”.
EiDF cerró el 2020 con un incremento del 30 % en su cifra de negocio, a pesar de la incidencia del Covid y la consecuente parada de actividad durante casi tres meses. Desde 2018, tras el impulso del autoconsumo en España, favorecido por los diferentes cambios normativos (derogación del impuesto al sol y aprobación del RD 244/2019), la compañía ha registrado un crecimiento exponencial, consiguiendo multiplicar las ventas por diez en los últimos 5 años. En 2020 consiguió formalizar 250 contratos por potencia de 38 MW.