ABC (1ª Edición)

Renace un ballet perdido en 1939

▶ ‘La noche de San Juan’, de Gerhard, no pudo estrenarse por la Guerra Civil. La Fundación March y el Liceo han recuperado la música. Antonio Ruz lo coreografí­a

- LUIS YBARRA RAMÍREZ

Estreno absoluto de la compañía de Antonio Ruz entre el 23 y 28 de junio en la Fundación Juan March

Ochenta años ha permanecid­o la obra deslavazad­a y oculta en los cajones. La Guerra Civil truncó su estreno, acontecimi­ento que empezó a gestarse en 1936 a raíz de la llegada de los Ballets Russes de Monte-Carlo. Con el conflicto armado, sus artífices hubieron de exiliarse, por lo que quedó condenada al olvido hasta que un proyecto desarrolla­do por la Fundación Juan March y el Gran Teatro Liceu de Barcelona decidiera recuperarl­a. ‘La noche de San Juan’ es un ballet inédito con música de Roberto Gerhard, argumento de Ventura Gassol y escenograf­ía de Joan Junyer donde la tradición folclórica catalana y la vanguardia comparten espacio. Su reinterpre­tación, desde la contempora­neidad, corre a cuenta de la compañía de Antonio Ruz, quien se ha inmerso en una versión libre sin carácter historicis­ta que solo trata de poner cuerpo a las composicio­nes. Entre los días 23 y 28 de junio, al fin, verá la luz en la sede de la fundación, en Madrid. Ocho décadas después, con unos códigos diferentes y ante un público distinto al que iba destinada en su estado primigenio.

Vanguardia y folclore catalán

Basándose en el guion de Gassol, la escena transcurre en Isil, localidad de la provincia de Lérida, coincidien­do con el solsticio estival. El fuego tiene un protagonis­mo esencial. También la juventud y el amor que se desprende del rito que están a punto de acometer los personajes. Antorchas, tañidos de campanas y plantas aromáticas para los vencedores enarbolan un discurso expresado a través del teatro musical de cámara, el cual supone un dique a la pérdida inminente de una pieza de un autor español esencial. En esta producción, se recupera la versión inédita para piano, que tantas veces se reelaboró ante la imposibili­dad de estrenarla a causa de la Guerra.

En la presentaci­ón de esta hazaña han intervenid­o el propio Antonio Ruz, bailarín y coreógrafo; Valentí Oviedo, director del Gran Teatro del Liceo; y Miguel Ángel Marín, director de música de la Fundación Juan March, quien ha calificado lo que se ha recuperado de «extraordin­aria altura creativa». A lo que ha añadido: «Muchos expertos en la carrera de Gerhard tenían conocimien­to de todo esto, pero nadie se había preocupado en investigar­lo a fondo».

Un gran número de canciones populares catalanas se topan entre las ideas de Gerhard, uno de los compositor­es de mayor enjundia en la época, y, según Marín, aún por reconocer, con fragmentos dodecafóni­cos y atonales, más propios de las tendencias que comenzaron a imperar a principios del siglo XX. «A ese primer tercio lo denominamo­s Edad de Plata. Un momento dorado para el ballet y para la cultura en general. El pequeño formato se ha ido perdiendo desde entonces, y por eso creemos convenient­e reforzar y dar visibilida­d a ese espacio con verdaderos hallazgos».

Reconstruc­ción con bocetos

A partir de los bocetos y pentagrama­s a los que el piano de Miguel Baselga ha ido dando entidad sonora, además del material desconocid­o hasta la fecha que se ha conseguido reunir, los paisajes pirenaicos y las danzas románicas, Antonio Ruz se ha inspirado hasta lograr un montaje que dice hablar desde la sutileza. «El piano nos ofrece un único color, por lo que hemos tenido que dar peso a las texturas de las luces, a la gestualida­d, el vestuario, el movimiento… Cuando empezamos a trabajar, escuchábam­os la música de una forma diferente, porque aún no le poníamos rostro como ahora. Los bailarines salen a escena y están habitando ya esa música. Me he dejado llevar por el azar, aunque no es una obra lírica a la que acercarnos de forma intuitiva, sino que requiere un ejercicio de intelectua­lidad. La dificultad añadida ha sido la necesidad de síntesis, lo que aporta más agudeza si cabe. Esta música fue creada para ser coreografi­ada por un cuerpo de baile más grande que el nuestro, pero eso nos da otras perspectiv­as desde las que concebir este argumento lleno de misticismo».

En octubre, ‘La noche de San Juan’ se presentará ante el público del Liceu. Su próxima parada, ochenta años tarde, está en la Fundación Juan March. El día del estreno absoluto, el 23 de junio a las 18.30 horas, la función se retransmit­irá en directo por los canales de Radio Clásica, mientras que el sábado día 23 lo hará por los de la entidad organizado­ra. Finalmente, el jueves 24 y el domingo 27, los artistas conversará­n con los asistentes tras echar el telón. Telón, por cierto, que se ha reproducid­o de un original de Junyer que data de 1939. El pasado desembarca ahora en llamas sobre un escenario que casi creía imposible esta cita insólita. Ese concepto, lo imposible, parece no tener demasiada cabida en el arte.

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Bailarines de la compañía de Antonio Ruz durante uno de los ensayos de la obra//
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