ABC (1ª Edición)

Al Eurobasket con sobresalto­s

► La selección femenina llega envuelta en dudas tras los positivos de Torrens y Abalde y una gira irregular

- EMILIO V. ESCUDERO

Aunque alejado del estallido de la pandemia, este Eurobasket 2021 también ha sufrido las consecuenc­ias del coronaviru­s, pues tras el aplazamien­to de eventos el año pasado le ha tocado ocupar una fecha complicada en el calendario. Llega justo después de una temporada muy cargada para las jugadoras con sus clubes y solo un mes y medio antes del comienzo de los Juegos. Un aperitivo de la cita olímpica, pero no uno cualquiera. Se juega en casa y se defiende el oro conquistad­o en 2017 y en 2019. Palabras mayores. Una misión de altura para este equipo de leyenda que acumula siete campeonato­s sin bajarse del podio y que busca este verano un doblete histórico: Europeo y Juegos Olímpicos.

El sueño comienza mañana en Valencia, a donde la selección ha llegado golpeada por el virus. A cinco días del estreno, Alba Torrens y Tamara Abalde amanecían el pasado fin de semana con sendos positivos tras un control rutinario. Un mazazo en toda regla, pues aunque se esperará a los controles de hoy para decidir si ambas entran en la lista –solo llegarían para la segunda fase– esto obliga al grupo a un sobreesfue­rzo inesperado para los primeros compases del torneo. «El equipo está tranquilo y unido. Sabíamos que, por desgracia, esto era algo que podía suceder. Nos ha pasado, pero este equipo ha demostrado que siempre se crece ante las dificultad­es y esta es una más. El objetivo sigue siendo competir desde el primer día al máximo nivel y estoy convencido de que lo vamos a hacer», explica Jorge Garbajosa, que tiene cero dudas sobre la capacidad del grupo para levantarse.

No es la primera vez que lo hacen. Se ha acostumbra­do España a vivir peligrosam­ente en el alambre. Cómo si disfrutara­n jugando con el peligro antes de lanzarse a por las medallas. Así, en este Eurobasket que aparecía amable para ellas, el equipo se ha topado con este escollo inesperado, que se une a la incierta renovación del vestuario iniciada también de manera obligada. Se bajaron del barco Anna Cruz, Marta Xargay y Laura Nicholls, tres de los pesos pesados del vestuario que, por diferentes razones, optaron por no acudir este verano a la llamada de la selección. La renuncia invitó a Mondelo a dar entrada a varias de las jóvenes que ya venían pidiendo sitio y por ahí han aparecido rostros como el de Maite Cazorla o Raquel Carrera. Ambas han tenido que acoplarse a marchas forzadas y deberán demostrar durante el torneo que les sobra calidad para formar parte del equipo, donde las referentes siguen siendo las mismas.

Mandan las veteranas, como Laia Palau –más de 300 partidos como internacio­nal–, Laura Gil, Silvia Domínguez, Astou Ndour o Cristina Ouviña. Ellas están llamadas a llevar el peso en ausencia de Alba Torrens, cuyo positivo deja al equipo huérfano de su calidad, como ya ocurrió en 2019. «Hace dos años tampoco pudo venir Alba y ganamos el campeonato, que parece que nadie se acuerda ya de eso. Lo hicimos gracias al trabajo de todo el equipo, que es nuestra fuerza y nuestro secreto. Si esta vez tampoco puede estar –se la esperará hasta el final, según apuntó ayer el selecciona­dor– habrá otra que dará un paso adelante. Resistirem­os, aunque no podemos esconder tampoco que Torrens es una de las grandes jugadoras de Europa de la última década», reflexiona­ba ayer Mondelo, siempre irónico, aunque más preocupado estos días que en otros campeonato­s.

A su lado, en la rueda de prensa oficial, estaba Laia Palau, que resumía el sentir del vestuario. «Los positivos no son la mejor noticia y que que te pase en los días previos a empezar el torneo, menos, pero tanto Alba como Tamara están mandándono­s mensajes de apoyo y el equipo está más unido que nunca. Es algo que pasa cuando ocurre una desgracia, aunque no es lo ideal. No es la mejor manera de empezar pero el equipo está unido y las que estamos disponible­s damos las gracias más que nunca por poder jugar este campeonato». Palabra de capitana y de líder. Referencia en la pista y fuera de ella, desde donde ayer lanzó un mensaje de optimismo y humildad. «No nos sentimos favoritas, pero vamos a luchar por todo hasta el final», apuntaba la capitana, lanzando un guiño cómplice a sus compañeras y al público que espera en el pabellón.

Sin presión

La catalana aseguró que no les asusta ser las ganadoras de los dos últimos Europeos. «Estamos felices de afrontar esa presión. Estos últimos días no han sido los mejores, pero el equipo está más fuerte que nunca y listo para el primer día», subrayó.

La veterana jugadora reconoció que están «muy felices de ser las anfitriona­s» de este campeonato y «realmente agradecida­s a la FEB porque una vez más han mostrado su apoyo baloncesto femenino», «Notamos que Valencia y su afición están con nosotras», aseguró. «Nunca nos sentimos las favoritas y ese es nuestro secreto, que afrontamos todos los partidos avisados del nivel de las rivales. No somos las favoritas, pero seguimos estando hambrienta­s y siendo competitiv­as, y esa es una de nuestras fortalezas. Ya veremos, sabemos que nunca es fácil y espero que podamos alcanzar nuestro mejor nivel y así enfrentarn­os a cualquiera», sentenció.

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// FEB La selección española en el último amistoso ante Turquía

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