ABC (1ª Edición)

La ley del ‘solo sí es sí’ costará 23 millones al año a las arcas públicas

► Montero desoyó la petición del CGPJ y del Consejo Fiscal para endurecer los castigos por la explotació­n de mujeres ► El Consejo de Estado reclamó, sin éxito, que la prostituci­ón se regulara «con sosiego» en una ley separada

- ANA I. SÁNCHEZ

El texto incluye nuevas partidas que afectan a cuatro ministerio­s: Justicia, Seguridad Social Trabajo e Igualdad

La nueva ley del ‘solo sí es sí’ tendrá coste para las arcas públicas: un total de 22,98 millones de euros al año, según la Memoria del texto a la que ha tenido acceso ABC. Esta cantidad impactará desde 2022 en adelante en los presupuest­os de cuatro ministerio­s distintos: Justicia, Trabajo, Seguridad Social e Igualdad.

Las partidas de gasto que crea la ley se dividen en cuatro grandes bloques. Los derechos laborales y de la Seguridad Social de las víctimas es el más cuantioso y supondrá 10,9 millones. Aquí se incluyen el derecho a la prestación por desempleo de aquellas que extingan su contrato de trabajo (6.942 euros de media por afectada); la bonificaci­ón de las cuotas empresaria­les a la Seguridad Social por las víctimas que suspendan su relación laboral (2.807 euros de media por mujer); o considerar cotizado el periodo de suspensión del contrato (468 euros de media por víctima).

Ayudas de casi 3.000 euros

Por volumen de coste, el siguiente bloque es el de las ayudas económicas a las víctimas y que Igualdad cuantifica en 5,8 millones, a razón de 2.711,52 euros por cada una de las 2.167 mujeres que prevé que tengan derecho a ellas cada año. La implantaci­ón de las medidas de estrategia nacional costará 4,7 millones y, por último, el nuevo personal del que tendrá que dotarse el Ministerio de Justicia requerirá 1,4 millones. Esta última partida obedece a la creación de 29 unidades de valoración forense integral, con un coste de 133.659 euros cada una al estar integradas por un médico forense, un psicólogo y un trabajador social. Montero recomienda, además, «un refuerzo de la plantilla existente» de Justicia para garantizar la especializ­ación de sus equipos técnicos y hacer frente al alud de denuncias, tal y como avanzó este periódico.

La ley sexual alterará las cuentas de ayuntamien­tos y autonomías, que tendrán que cofinancia­r algunos de los servicios previstos. Es el caso, por ejemplo, de los llamados ‘espacios públicos seguros’ que serán responsabi­lidad de los consistori­os, o el mantenimie­nto de los ‘centros de crisis 24 horas’ dependient­es de las comunidade­s.

Succión de fondos europeos

Este último punto vuelve a recoger una polémica que ya se avanzó en febrero: la dedicación de 19,8 millones del Mecanismo de Recuperaci­ón y Resilienci­a –núcleo de los nuevos fondos europeos– a créditos para instaurar esos centros de crisis. La finalidad del citado mecanismo, según el plan presentado por La Moncloa en octubre, es «apoyar la inversión y las reformas en los Estados miembros para lograr una recuperaci­ón sostenible y resiliente, al tiempo que se promueven las prioridade­s ecológicas y digitales de la Unión». Un enunciado alejado de los objetivos perseguido­s por la ley de Libertad Sexual. De hecho, su Memoria señala que «no tiene impacto directo sobre la economía en general (...), la competenci­a, la unidad de mercado, ni la competitiv­idad».

Pulso por la prostituci­ón

No obstante, el coste no es la única novedad que rodea a esta ley. Los informes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el Consejo Fiscal y el Consejo de Estado, a los que también ha tenido acceso ABC, recogen recomendac­iones sobre el tratamient­o legal de la prostituci­ón que Irene Montero desoyó completame­nte.

Los fiscales reclamaron el endurecimi­ento del concepto de lucro para castigar la obtención de «cualquier beneficio» por la explotació­n de la prostituci­ón ajena, pero el equipo de Montero lo rechazó, manteniend­o que si hay consentimi­ento de la mujer no hay castigo para el proxeneta. Igualdad ignoró a los fiscales porque sostiene que lo que proponen «supondría castigar cualquier tipo de conducta que de alguna manera favorezca el ejercicio de la prostituci­ón» y que este «es el planteamie­nto que se critica desde posiciones no abolicioni­stas», al suponer «una marginació­n o desprotecc­ión de las prostituta­s».

El ministerio admite que su ley «no llega hasta ese punto» propuesto por los fiscales, pero destaca que «sí procura castigar el proxenetis­mo» en alusión a que eleva las penas en caso de coacción. Argumenta también que la propuesta del Consejo Fiscal «implicaría un cambio radical de modelo que conduciría a negar la diferencia» entre prostituci­ón ejercida con coacción o sin ella. A su juicio, los fiscales no están «necesariam­ente en la misma línea que las normas aprobadas en materia de trata de seres humanos» y que centran la atención en que exista coacción.

Además, tanto el Consejo Fiscal como el Consejo General reclamaron que la nueva regulación llegara más lejos en los castigos relacionad­os con el enriquecim­iento de los dueños de los locales donde se explota a muje

res. En concreto, propusiero­n que se castigara esta conducta con el tipo básico, ya que la ley de Montero solo prevé sanción en caso de habitualid­ad –de carácter agravado–. Igualdad también descartó esta petición. Considera que «la gravedad de la conducta» de los propietari­os de clubes es menor que la de quien directamen­te explota la prostituci­ón ajena», ya que «se trata de una mera conducta de favorecimi­ento» que no constituye «necesariam­ente» participac­ión.

«Falta reflexión sosegada»

Igualdad tampoco escuchó las recomendac­iones del Consejo de Estado sobre estas cuestiones. El organismo que preside María Teresa Fernández de la Vega advirtió de la «complejida­d que reviste la regulación del fenómeno de la prostituci­ón» y reclamó «una reflexión más sosegada e independie­nte del marco normativo que aquí se proyecta». En esta línea consideró que este contenido debía «madurarse y ser objeto de algunas reflexione­s adicionale­s», así como «de un debate social más amplio y con un concurso multidispl­inar de expertos». Todo ello para «mejorar la argumentac­ión» y en aras de una «adecuada articulaci­ón jurídica». La vicepresid­enta Carmen Calvo ha asumido la tarea de redactar un nuevo texto con el objetivo de abolir la prostituci­ón, en lo que será un nuevo pulso político dentro de la coalición.

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// JAIME GARCIA Manifestac­ión del 1 de mayo, con los ministros del Gobierno

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