Choque entre Pfizer y las agencias reguladoras por la dosis de recuerdo
► La eficacia del suero se va perdiendo a lo largo de los meses, aunque protege contra los efectos más graves
La farmacéutica estadounidense Pfizer se dispone a solicitar la autorización de las autoridades estadounidenses para una tercera dosis de su vacuna del coronavirus, dentro de los 12 meses de la primera, ya que cree esa empresa que de ese modo podría aumentar drásticamente la inmunidad frente a las diversas variantes.
Sin embargo, la Agencia del Medicamento norteamericana (FDA, por sus siglas en inglés) y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) dijeron en una declaración conjunta que los estadounidenses que han sido completamente vacunados no necesitan una tercera inyección de momento. «Los estadounidenses que han sido completamente vacunados no necesitan una dosis de refuerzo en este momento», dijeron en ese comunicado. «Continuamos revisando cualquier dato nuevo a medida que esté disponible y mantendremos informado al público. Estamos preparados para las dosis de refuerzo siempre y cuando la ciencia demuestre que son necesarias», añadieron.
Por su parte, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aseguró este viernes a Efe que es «demasiado pronto para confirmar» si se necesita una tercera dosis de las vacunas porque «no hay suficientes datos». «Aún no hay suficientes datos de las campañas de vacunación y los estudios en curso para entender cuánto tiempo durará la protección», añadió.
El director científico de Pfizer, Mikael Dolsten, dijo a Reuters que la pérdida de efecto de la vacuna en pruebas recientes en Israel se debe principalmente a que las personas contagiadas habían sido vacunadas en enero o febrero. El Ministerio de Salud israelí dijo que la efectividad de la vacuna para prevenir tanto la infección como los síntomas de la enfermedad cayó al 64% en junio, cuando al principio de su aplicación rozaba el 95%, para caer al 80% en seis meses, según las propias agencias estadounidenses.
Variante Delta
Una serie de investigaciones realizadas en varios países demuestran que la inyección de Pfizer ofrece una fuerte protección contra la variante Delta, que es altamente contagiosa, se está extendiendo rápidamente por todo el mundo y ya es responsable de la mayoría de las nuevas infecciones en EE.UU. Dos dosis de la mayoría de las vacunas, excepto la de Johnson & Johnson, son necesarias para desarrollar elevados niveles de anticuerpos que combatan todas las versiones del coronavirus, no solo la Delta.
Para poder comenzar a aplicar una tercera dosis, Pfizer necesita una autorización expresa de la FDA, pero eso sería solo un primer paso. Después, las autoridades sanitarias de este gobierno tendrían que decidir si realmente esa tercera dosis es necesaria, especialmente porque todavía hay millones de personas en EE.UU. que aún no han sido vacunadas, entre ellos jóvenes, aunque también negacionistas que se resisten a recibir el pinchazo.
Actualmente, solo alrededor del 48% de la población de EE.UU. está completamente vacunada, y algunas partes del país tienen tasas de inmunización mucho más bajas. Es en esos lugares donde la variante Delta se está propagando a una velocidad vertiginosa. El presidente de EE.UU., Joe Biden, prometió que a estas alturas el 70% de los adultos estarían vacunados, pero la cifra actual es algo menor. El primer desafío de la Casa Blanca es lograr ese objetivo, antes que comenzar a aplicar una tercera dosis a aquellos que han sido vacunados.
Pfizer también está preparando en agosto los ensayos clínicos de una vacuna modificada dirigida específicamente a la variante Delta.
Solo el 48% de los estadounidenses están completamente vacunados y es en el resto en los que quiere centrarse Biden