El Madrid se pone la máscara
Los jugadores se entrenaron con este aparato, que restringe la entrada de aire y mide la capacidad aeróbica
Pintus utiliza la máscara para conocer los datos de cada jugador y planificar su plan individual de entrenamiento
Los jugadores del Real Madrid se sentían extraños, incómodos. La máscara de hipoxia les hacía ver mal, les apretaba. Llevar colgado en la cabeza, el cuello y la espalda ese aparato fue un fastidio. Pero eso era lo menos malo. Lo peor es que esa máscara tiene una válvula con tres movimientos que regula la entrada y salida de aire de la boca y de la nariz. Hay que correr con ella mientras ese oxígeno penetra cada vez menos. Se comienza con paradas cronometradas de descanso y según avanza el test esas paradas se reducen hasta la nada. Se simula, con esta reducción, un entrenamiento en altura de la máxima exigencia aeróbica que pone al jugador al límite físico.
Todos los futbolistas de la primera plantilla del Real Madrid se sometieron a una prueba que Antonio Pintus ya ha utilizado con anterioridad. Zidane la descartó en el último trienio. José Luis San Martín, preparador físico del club durante cuatro décadas, ocho años al frente del primer equipo, explica para ABC el objetivo de ejercitarse con este aparato.
«Pintus es el mejor entrenador físico del mundo, el número uno, y sabe muy bien lo que hace», señala San Martín. «La máscara de hipoxia tiene un regulador de entrada de aire y la prueba mide la frecuencia cardíaca, el pulso por minuto, la capacidad aeróbica que tiene cada jugador al máximo rendimiento. Ese dato debe contrastarse con la altura y el peso para medir la resistencia de un futbolista y, a partir de ese dato, programar si necesita correr cuatro kilómetros todos los días para adquirir más resistencia o si ese nivel es bueno y el futbolista pasa a las pruebas de fuerza, de potencia y de velocidad, que Pintus las hará también después de esta».
San Martín explicó dos ejemplos inventados: «Si Bale mide 1,90 y pesa 80 kilos, no es lo mismo su resultado que el de Lucas Vázquez, que es más ligero. Pero si Carvajal da 180 pulsaciones por minuto y Lucas 165, por ejemplo, Carvajal necesitaría hacer entrenamientos de carrera para coger mayor resistencia, mientras Lucas podría someterse ya a las pruebas de fuerza. Todos esos tests marcan el estado de cada jugador y Pintus necesita conocer primero los datos del test de la máscara de hipoxia para saber cómo se encuentra cada profesional y planificar su plan individual de pretemporada y su dieta».
Rodrygo, masa muscular
Todo este organigrama persigue una meta. El preparador físico tiene el reto de evitar que se repitan las sesenta lesiones sufridas en la plantilla durante la campaña pasada. Habrá muchas, pues el maratón de partidos cada tres días es un problema para los equipos, pero hay que saber reducir esa cifra y estar en números normales, un máximo de 35. «Antonio es el mejor», redunda un alto ejecutivo del Real Madrid. El italiano ha sido fichado para confirmarlo y lo asume. «Ya veremos si vuelve a utilizar las máscaras de hipoxia en esta pretemporada», señala San Martín. Todo dependerá de la evolución de los futbolistas.
El jefe de la preparación física del club ausculta a los jugadores individualmente. Sobre Rodrygo, por ejemplo, destaca que «debe adquirir mayor masa muscular para convertirse en un gran futbolista». El delantero brasileño trabaja con ese objetivo.
El material con el que se ha diseñado la máscara es neopreno, que permite ajustarla a la cabeza del deportista, además de absorber el sudor y permitir su lavado sin problema. Su sujeción es simple, pues se ata con velcros por la parte trasera. El italiano ha preparado sesiones de mañana y tarde para alcanzar los parámetros que desea en la plantilla. Mendy es el único que se ejercita en el gimnasio con el fin de superar su lesión en la tibia.