El final del Sanchismo y el comienzo de lo mismo
Y llegó el cambio que negaba no hace ni tres días. Un nuevo Gobierno de guiñoles, donde debajo de los ministros que aterrizan solo está la mano de Sánchez, parapetado en perfectos desconocidos y desconocidas para tirar millas hacia el final de legislatura. Con permiso de... Díaz Ayuso, la ‘kriptonita’ de La Moncloa
UNA remodelación profunda y de calado. Eso dijo el
presi. Acuérdense de ambos términos, porque es la consigna de La Moncloa para que la repitan sus terminales trompeteras. Cuanto más digan lo de profundo y de calado, más trompetero. Porque no se lleven a engaño, Pedro Sánchez solo entiende de gobiernos clínex, de usar y tirar. A su conveniencia. Mucho perfil no conocido para que cuando algunos se den cuenta ya sea demasiado tarde. Lo dicho, es el
Gobierno de Sánchez. No hay más. Y el cambio... ‘gatopardiano’: cambiar todo para que todo permanezca. Porque Sánchez permanece. Eso sí, las carteras de sus socios de coalición, ni tocarlas. Esa crisis, para más adelante, que ahora sería abrir un frente que no conviene. El pacto está escrito, y ante una reestructuración se tienen que mantener el número de áreas gestionadas por el PSOE y por
Unidas Podemos y su peso relativo en el conjunto del Gobierno en los términos acordados al inicio de la coalición, y si los cambios fueran «sustanciales» sería necesario abrir una negociación integral para revisar las «cuestiones esenciales». Pues nada. Lo ajeno, de momento, ‘ni enmendallo ni tocallo’.
Lo propio, otro cantar. Calvo (Presidencia), González Laya (Exteriores), Uribes (Cultura y Deportes), Campo (Justicia), Duque (Ciencia), Celáa (Educación), Ábalos (secretario de Organización del PSOE y con Transportes), y Redondo (jefe de Gabinete)... los que salen eran tan técnicamente regulares –por no decir directamente, malos– que siempre es una buena noticia que se marchen, lo cual no dice gran cosa de los que asumen ufanos su papel de ninots en esa gran falla política en que Sánchez ha convertido su resistencia.
No es ningún honor que te haga bueno el malo que te deja el cargo, porque eso no significa ser deseado ni admirado, sino que el otro es aborrecido. Pero... cada quien es cada cual, ¡todo sea por seguir chupando de papá Estado! Cuántos más mejor. ¡Viva el déficit! ¿Y la deuda? ¡Que la paguen nuestros hijos! ¡O nietos, qué más da! Y nuestras pensiones, ¡pues también! Extraño me parece que no se saque de la manga ningún Ministerio más. Tenemos 22 y todo sigue igual. Y lo de abolir sueldos y pensiones vitalicios para los que lo han hecho rematadamente mal al frente del país mejor si eso para otro vida. Que cuando uno llega al poder todo lo que va a cambiar lo olvida por arte de birlibirloque.
El caso es que hasta la propia forma de comunicar el cambio, filtrado y por goteo, es un adelanto de que Sánchez no cambia, de que su desfachatez no sea ni se destruye, solo se transforma para agarrarse al marchito. Eso sí, ahora no se habla de los indultos, sino de ministras/concejalas y chuletones. En plena ola de calor, España está vuelta y vuelta. Al punto, como le gusta al resiliente. Porque mientras nos están colando una Ley Nacional
de Seguridad a lo Orbán –para ser y
tener todo: Rey, presidente, parlamento, ejército–, nos hipnotizan con la chorrada del chuletón.
Mención especial merecen dos de sus más fieles secuaces, sherpas del
emperador Sánchez que, como suele suceder, considera que ya sabe llevar solo el aparato del Gobierno y les pega la patada. Una, a Iván
Redondo. Porque para marketing se sobra y se basta él mismo. Aunque
Godoy Redondo, no sufran, ha tenido su motín de Aranjuez, afortunadamente pacífico a primera vista, y ahora podrá mostrar su porfolio de milagros por el Ibex 35 a ver si le hacen caso y aflojan la mosca. Me da que no. Y, dos, a
Ábalos... otro chuletón abrasado en la parrilla Sánchez.
Y así será un Gobierno, dijo, muy social, digital y verde... ¡será y porque todos les ponen ídem! Y lo dice después de soltar que se zampa un chuletón. Gobierno a dedo, por lo digital. Todas sus palabras tienen sentido. El suyo, claro. Nada lo deja al azar. Eso sí, hubo cambio de planes. Porque la idea inicial era realizar la remodelación en otoño, coincidiendo con el 40º Congreso del PSOE, pero la decisión se aceleró. ¿La culpable?
‘Kriptonita’ Ayuso. Y es que tras las elecciones madrileñas del 4 de mayo –en las que los socialistas se hundieron e Iglesias desapareció del mapa–, y con el proceso de concesión de indultos que se abrió después,
Sánchez decidió entonces acometer la crisis de Gobierno antes de agosto.
Amanecemos pues ya mismo con un nuevo Ejecutivo de guiñoles, donde debajo de los ministros que aterrizan solo está la mano de
Sánchez, que se parapeta en perfectos desconocidos y desconocidas para tirar millas hacia el final de legislatura... aunque ahí estará, enfrente –apuntaba– Isabel Díaz Ayuso, para muchos ya la única alternativa efectiva a un presidente que quema vagones para que su locomotora siga en marcha. Eso sí, tengan en mente que los que salen del Ejecutivo, tristes y llorosos no se van... más bien se frotan las manos pensando en los fondos de Europa, un negocio ‘redondo’. ¿Lo pillan? Y a las puertas giratorias. Que «al fondo hay sitio». El caso es que la presidenta de la
Comunidad de Madrid –entonces en funciones– se reunió durante una hora –justo un día después de la bautizada como la cumbre SánchezBiden de los 26 pasos y 29 segundos– con el encargado de Negocios de Estados Unidos en España y actual responsable de la embajada, Conrad
Tribble. El objetivo, seguir facilitando las relaciones comerciales, institucionales y de intercambio de conocimiento entre Madrid y EE.UU.
Por ello, Díaz Ayuso iba entonces, y va con su reafirmación en el cargo, por el buen camino; y en el mientras tanto ha conseguido ya incomodar por igual a Sánchez,a Sánchez Llibre,a Javier Faus, a los obispos
catalanes, a Jaume Giró,a Feijóo,a García Egea y a la ‘médico y madre’ errejoniana. La presidenta tiene un plan para convertirse en el giro de la balanza del reparto fiscal en España y bajo sus faldas ya se refugian muchos barones socialistas que no se atreven a decir que Cataluña es la auténtica aspiradora de recursos del país y que no aceptan un mapa tributario a la carta. Además, Ayuso cuenta con el respaldo de las pymes, que es el verdadero tejido empresarial de este país hasta, al menos, que Sánchez se lo coma vuelta y vuelta.
En definitiva, y muy a nuestro pesar, el doctor Sánchez ha impartido una clase magistral de ‘management’ de la que bien debería tomar nota ese mundo pseudo empresarial y pseudo en general que se cree en sintonía. El resiliente de La Moncloa no tiene amigos, solo intereses coincidentes. No es nada personal. Es la España de un Gobierno chuleta donde la carne se sirve hecha picadillo. Dicho queda. Y en verano, ya si eso, cambiar las secretarías de Estado y direcciones generales. Más enchufados. Ya vamos por 24 millones de gasto al respecto. Suma y sigue.
Y en verano... las secretarías de Estado y direcciones generales. Más enchufados, ya vamos por 24 millones