ABC (1ª Edición)

Ingresados con 47 años de media e infectados en familia o en el trabajo

► La quinta ola de Covid, aupada por los contagios entre jóvenes no vacunados, eleva ya las hospitaliz­aciones ► Tres de cada cien positivos de entre 30 y 39 años requieren ingreso, aunque son pocos los que acaban en la UCI

- ESTHER ARMORA

La quinta ola de contagios avanza desbocada y no se espera que la cirugía selectiva aplicada ‘in extremis’ por las autoridade­s sanitarias en algunas comunidade­s acabe siendo dique de contención de una escalada de infeccione­s que ha hecho que se rebasen las peores marcas epidemioló­gicas de toda la pandemia. Los infectados, jóvenes no vacunados en su inmensa mayoría, solo acaban en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en casos excepciona­les, aunque sí recalan en planta y son una importante fuente de contagio hacia personas vulnerable­s que no han sido vacunadas o que han demostrado una respuesta subóptima a la vacuna.

Según los últimos datos que maneja el Ministerio de Sanidad, uno de cada cien positivos por Covid-19 con edades comprendid­as entre los 20 y los 29 años ingresa en el hospital, mientras que esa cifra asciende a tres entre los jóvenes entre 30 y 39 años. Del total de ingresos en planta, cerca de un 20 por ciento acaban en intensivos, donde la edad media de los ingresados también ha bajado hasta rozar los 50 años, según los datos que maneja el Centro de Coordinaci­ón de Alertas y Emergencia­s Sanitarias (CCAES).

El ‘tsunami’ de nuevas infeccione­s que no se espera contener en las próximas semanas preocupa a epidemiólo­gos, pero empieza a intranquil­izar también a los intensivis­tas que ven cómo el envite de la quinta ola comienza a notarse en las unidades de críticos. No temen un colapso inminente en estas unidades, pero sienten «respeto» por el aumento de casos porque aún no han olvidado el escenario dantesco de finales de marzo de 2020.

«Ahora la presión está en la asistencia primaria. Es verdad que hay muchos más ingresos, aunque también muchas más altas y los cuadros no son tan graves, lo cual nos tranquiliz­a», señala en declaracio­nes a ABC el doctor Ricardo Ferrer, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) y responsabl­e del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.

Menos intubados

Pese a que ven aún lejos el escenario de marzo de 2020, los expertos saben que si no se detiene la carrera ascendente de infeccione­s y siguen aumentando las hospitaliz­aciones la situación «podría volver a complicars­e». Hace apenas dos semanas, en la UCI del Vall d’Hebron había doce pacientes ingresados, hoy hay cerca de una veintena. «Han crecido en dos semanas un 50 por ciento. Confío en que la vacunación revierta esta tendencia», indica Ferrer.

El presidente de las UCI españolas confirma el «rejuveneci­miento» de la edad de los ingresados en críticos. Son personas de entre 30 y 50 años (una edad media de 47 aproximada­mente), frente a los cerca de 70 años de edad media de los ingresados en las olas más amargas de la pandemia. El perfil clínico también varía, aunque los cuadros severos siguen teniendo la misma evolución. Pese a que los ingresados también presentan cuadros de neumonía bilateral, requieren, «por una cuestión de edad», menos intubación y menos estancia en la unidad.

«Durante el pico de la pandemia todos o prácticame­nte todos los que llegaban a la UCI eran intubados. Ahora, un 15 por ciento de los pacientes no requiere intubación porque reacciona a la oxigenoter­apia y abandona la UCI en cuatro o cinco días», aclara el presidente de la Semicyuc. Por su UCI han pasado también veinteañer­os, aunque, según aclara, «son casos anecdótico­s

y con un curso poco preocupant­e».

Actualment­e, en la UCI del Vall d’Hebron hay 18 pacientes ingresados. El más joven, de 29 años, y el mayor, de 59. Entre ellos figuran dos gestantes. La mayoría de los ingresados son gente que, aunque le tocaba vacunarse, no han tenido acceso a la vacuna por diversas circunstan­cias. Algunos de los que llegan a la UCI se han contagiado en el entorno familiar y otros en el trabajo. «No podemos afirmar que todos han sido infectados por sus hijos veinteañer­os pero está claro que en muchas infeccione­s el foco ha sido familiar», reconoce Ferrer. En este sentido, el intensivis­ta hace un llamamient­o a los jóvenes. «Deben conciencia­rse de que pueden infectar a personas que pueden morir», advierte. Recuerda, asimismo, que «ser jóvenes no les exime de acabar en la UCI».

Inmunodepr­imidos

Pere Domingo, coordinado­r de la Unidad de Covid-19 en el Hospital de Sant Pau de Barcelona, coincide con Ferrer en que debe conciencia­rse a los jóvenes de las consecuenc­ias que pueden causar como «fuentes de contagio». Recuerda también que hay población inmunodepr­imida como personas con VIH o pacientes trasplanta­dos, que no han sido incluidos en los ensayos de muchas de las vacunas autorizada­s y a los que un contagio puede reportarle­s efectos graves. «Son personas vulnerable­s que demuestran una respuesta subóptima a la vacuna, el virus entra en su cuerpo y se va replicando sin parar y muta; es peor que si no estuvieran vacunados», precisa Domingo en declaracio­nes a ABC.

En la UCI del Hospital de Sant Pau la edad media de los ingresados es de 47 años. «Hay muchos pacientes de cuarenta y cuarenta y pocos años que han estado críticos. La mayoría no han sido vacunados o solo tenían una dosis de vacuna». Domingo subraya la importanci­a de doblegar este incremento exponencia­l de las infeccione­s e invita a no subestimar el efecto de la nueva variante Delta. «La consideram­os una medallista de oro en contagios. Antes necesitaba­s 15 minutos para infectarte. Ahora basta con segundos», advierte el especialis­ta del Sant Pau.

Desde el Hospital Clínic de Barcelona, el doctor Joan Ramon Badia, responsabl­e del Instituto Clínic Respirator­io, coincide con Ferrer y Domingo en que la actual situación en las UCI no es alarmante «por ahora». Respecto a que estén más llenas ahora que en julio de 2020, Badia lo atribuye a varios factores. «La gente se había protegido mucho más, veníamos de un confinamie­nto largo y duro», señala Badia. Subraya como contrapunt­o «el efecto positivo de la vacunación». «Si no tuviéramos tantos vacunados estaríamos igual o peor que en marzo de 2020» , advierte.

En la UCI del Clínic hay ingresados 10 pacientes de entre 30 y 60 años, siete de ellos intubados. Los expertos dan por sentado que los datos seguirán empeorando durante el grueso del verano y confían en que la inmunidad de grupo vuelva a enderezar al virus, sea cual sea la variante que circule.

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// INÉS BAUCELLS Un paciente es asistido en la UCI del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona

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