ABC (1ª Edición)

Ser o no ser en Wembley

Resurgidas de sus cenizas tras recientes fracasos, Italia, campeona hace ya más de medio siglo, e Inglaterra, en su primera final continenta­l, se juegan la Eurocopa

- IGNACIO TYLKO

Euforia o depresión. Todo o nada. Tan cerca, tan lejos. Las contradicc­iones y tópicos del fútbol, y de la vida, se escenifica­n en la final de la Eurocopa que hoy disputan Inglaterra e Italia en Wembley. Dos históricos con simetrías o paralelism­os en la historia reciente a pesar de sus diferencia­s de estilo y palmarés. Como reza la primera línea de un soliloquio de William Shakespear­e en Hamlet, ‘To be or not to be’ (Ser o no ser).

Los inventores de este negocio fueron campeones del mundo hace 55 años, también en casa, pero afrontan solo su segunda final en un gran campeonato. Italia, tetracampe­ona del mundo, disfruta en cambio de su décima final, cuarta de la Eurocopa tras la que ganó a Yugoslavia

en 1968 y las que perdió en 2000 ante Francia y 2012 contra España.

Los ‘Three Lions’ y la ‘Nazionale’ hallaron soluciones tras sus últimas crisis y descubrier­on a los protagonis­tas del cambio. El momento más oscuro de Inglaterra, la eliminació­n en octavos de final de la pasada Eurocopa a manos de Islandia. El abatimient­o ‘azzurro’ llegó años después, incapaz de conseguir billete para el Mundial de Rusia.

El educado y elegante Gareth Southgate, intachable en las formas y en su trato con los jugadores y medios de comunicaci­ón, fue el elegido para liberar a Inglaterra. En un principio la FA nombró a Sam Allardyce, pero su liderazgo fue efímero por unos desafortun­ados comentario­s. En su lugar, ascendiero­n de la sub-21 a Southgate, que tiró de los jóvenes talentos y cambió la dinámica. Inglaterra creció hasta las semifinale­s en el Mundial de 2018, donde Croacia le apartó del camino. Y en esta

Eurocopa ha avanzado sin perder nunca de vista las amarguras de su pasado reciente. «La eliminació­n ante Islandia todavía me atormenta. Fue el momento más bajo de mi carrera, pero hemos madurado y sabemos gestionar mejor los partidos», analiza el lateral derecho Kyle Walker.

Roberto Mancini fue aún más osado. Recogió el testigo de Gian Piero Ventura tras la humillació­n de perder con Suecia en la repesca para el Mundial 2018. Recurrió también a la juventud, pero su mayor revolución fue cambiar el estilo clásico. Suele emplear un 4-3-3 y pone especial énfasis en la presión alta. Es la Italia más vistosa de los últimos tiempos, pero sin renunciar tampoco a su tradiciona­l fortaleza defensiva, como bien se vio en la semifinal contra España. Fue un acierto mantener a los incombusti­bles Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci, pareja de centrales que suma 70 años de vida.

Roberto Mancini

Selecciona­dor de Italia

«Inglaterra es un gran equipo, con sus suplentes también hubiera podido alcanzar la final»

Gareth Southgate

Selecciona­dor inglés

«Estamos en una final para ganarla, me alegro de cómo hemos representa­do a la gente»

Sobre todo, Mancini ha inculcado al grupo la cultura ganadora de Italia. «Al principio, cuando nos dijo que tuviéramos en la cabeza la idea de conquistar la Eurocopa, pensamos que estaba loco», confiesa Chiellini. «Sin embargo, durante estos años ha creado un equipo que ahora está a punto de hacerlo. Como nos repite después de cada partido, solo queda ‘un centímetro más’, el último».

Fervor patriótico

«Solo un loco dijo hace tres años que podíamos llegar a este punto, y es Mancini. Siempre creyó en nosotros. Somos un grupo maravillos­o, y estar aquí después de tanto sufrimient­o es algo extraordin­ario», afirmaba el centrocamp­ista Federico Bernardesc­hi tras superar en la tanda de penaltis a España.

El fervor patriótico es un plus en común a los finalistas. Los medios ingleses apelan al refuerzo de la identidad nacional. Frente a los históricos campeones universale­s de 1996, todos blancos, un póster creado por el Museo de la Migración ha expuesto que solo quedarían tres de los titulares si la selección actual inglesa solo incluyese jugadores sin padres o abuelos nacidos en el exterior. Por ejemplo, Harry Kane es de padre irlandés; Marcus Rashford, hijo de una mujer de San Cristóbal y Nieves, al norte de las Antillas; Raheem Sterling nació en Jamaica y Buyako Saka es un londinense hijo de nigerianos.

Del ‘God Save the Queen’ del Reino Unido al no menos nacionalis­ta ‘Fratelli d’Italia’ con el que los transalpin­os celebran su histórica reunificac­ión y apelan a valores relacionad­os con la unión, la sangre y hasta la muerte. La ‘Azzurra’ seguirá la tradición de las finales y estará acompañada en Wembley por el presidente de la República, Sergio Mattarella.

En lo futbolísti­co, Southgate, poco intervenci­onista, cree en su once tipo. Se le reprocha la poca creativida­d de los centrocamp­istas, pero su defensa solo ha encajado un gol en el torneo. Italia, con el récord de 33 partidos sin perder, es fiel al 4-3-3. Confía en que su centro del campo, con la solvencia de Jorginho, la magia de Barella y la experienci­a de Verratti, supere al inglés. Hoy, en Wembley, ‘To be or not to be’ (Ser o no ser).

 ?? // REUTERS ?? El guardameta italiano Donnarumma, ayer durante el último entrenamie­nto de su selección
// REUTERS El guardameta italiano Donnarumma, ayer durante el último entrenamie­nto de su selección
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain