ABC (1ª Edición)

«No me importaría no ir a Galicia este verano si es por estar en los Juegos»

Alberto Abalde Alero de la selección española

- EMILIO V. ESCUDERO

Un sueño

«Vestir la camiseta de España y ser olímpico con tu país es un orgullo que te queda para toda la vida»

A falta de tres descartes, ve más cerca que nunca su presencia en Tokio

La madurez deportiva le ha llegado a Alberto Abalde con 25 años. Tras haber jugado su primera temporada en el Real Madrid, el gallego recibió la llamada del selecciona­dor para volver a una convocator­ia con España. Una especial, pues por primera vez aparece con opciones reales de disputar un gran torneo con la camiseta de todos. Un reto que tiene cada vez más cerca, pues solo quedan tres descartes tras los de Sebas Saiz y Sergi Martínez y la lesión de Juancho Hernangóme­z. Una baja que ha dejado tocado al grupo a solo dos semanas del inicio de la competició­n.

—¿Cómo está el vestuario tras el infortunio de Juancho?

—Tristes. Juancho es un jugador que aporta mucho, como persona y en la pista. Lo importante es que él esté bien, que se opere y que le quede el hombro perfecto para encarar la próxima temporada. Nosotros tendremos que dar un pasito más para suplir esa baja.

—¿Cómo está viviendo Abalde esta nueva aventura en la selección?

—Bien, como siempre, aunque con un objetivo muy distinto al de otras veces, porque el horizonte final dibuja unos Juegos Olímpicos, que es una cita a la que todos los deportista­s queremos ir alguna vez en la vida. Sí es cierto que se han hecho cortas las vacaciones, porque entre el final de liga y el inicio de la preparació­n apenas tuvimos una semana, pero no importa mucho por la ilusión que despertaba este objetivo. —Ese descanso del que habla fue más movido de lo deseado por el positivo de su hermana Tamara, que se quedó sin ir al Europeo femenino…

—Sí, tuvimos muy mala suerte ambos, porque yo me contagié en plenos playoffs y no pude participar en el tramo final de la ACB. A veces vienen mal dadas y en una pandemia como esta creo que no podemos quejarnos. Estamos ya bien de salud ambos y hay que mirar al futuro.

—¿Ha notado mucha diferencia con respecto a otras concentrac­iones pasadas con España para disputar las ventanas FIBA?

—Yo ya estuve en la preparació­n de Río 2016, aunque mi rol y mi objetivo era distinto. Ahora, sin hacerme ilusiones ni ideas preconcebi­das, vengo con mucha ilusión y el mero hecho de compartir vestuario con jugadores como Pau, Marc, Ricky o cualquiera de los demás es un placer y un privilegio. Entrenar y competir con ellos es ya una experienci­a buenísima que me va a hacer crecer como jugador.

—¿Llega con unas ganas especiales porque se trata de unos Juegos?

—Con ganas llegamos todos, los jóvenes, los nuevos y los veteranos. La llamada de la selección es ilusionant­e, pero para mí, que aún no he jugado ningún gran torneo con España, lo es quizá más. Todos debemos sumar en el rol que nos toque y yo estoy dando lo mejor de mí sin dejarme nada dentro. —Su explosión ha sido lenta, cocinada a fuego lento. ¿Cree que ya le llega el paso definitivo con España?

—Sí, creo que en mi carrera he ido dando los pasos a su debido tiempo. Cada jugador tiene su camino y sus tiempos y yo estoy muy contento de cómo he dado los míos. Ahora tengo ante mí la posibilida­d de entrar a formar parte de un grupo tan importante como la selección, el equipo que representa a todos los españoles, y quiero conseguirl­o. Es un paso más, sí, y creo que me llega en el momento adecuado.

—¿Qué regusto le deja esa primera temporada con el Real Madrid?

—Creo que ha sido una campaña para sacar cosas positivas. Siempre intento que sea así. Ha sido un año muy extraño para todos. Un año que nadie olvidará sea o no jugador de baloncesto. A nivel deportivo también ha sido complicado por las lesiones y las salidas inesperada­s. Nos hemos enfrentado a muchos problemas y eso nos ha hecho crecer.

—Decía que jugar en el Real Madrid era un sueño cumplido, ¿ha soñado también con los Juegos?

—Mentiría si dijera que no. Vestir la camiseta de España en un gran torneo es un sueño que quiero y espero cumplir. Ser olímpico con tu país es un orgullo que te queda para toda la vida.

—¿Qué le gusta hacer durante la concentrac­ión cuando tiene tiempo libre?

—Me he traído un par de libros que me ayudan a evadirme. Siempre llevo uno relacionad­o con la psicología deportiva, porque me gusta mucho y me ayuda, y luego una novela que me distrae, simplement­e. Son dos temas muy distintos que voy alternando. Cuando no me apetece tener la mente ocupada con nada de baloncesto me pongo con Dan Brown y el ‘Símbolo Perdido’ y cuando quiero aprender cosas me pongo con el otro tipo de libros.

—Ahí tiene para horas de conversaci­ón con Pau, otro amante de la lectura de autoayuda…

—Lo sé, lo sé. No hemos tenido tiempo de hablar del tema, pero le pediré algún consejo o recomendac­ión.

—¿Cómo le ha visto estos días?

Pues bien, como es él, un tipo muy amable, atento, y un jugador increíble dentro de la cancha. Magnífico. Es un privilegio contar con él en el equipo.

—¿Qué hace Abalde en verano normalment­e que no podrá hacer este año por estar con España?

—Me perderé estar con mi familia en Galicia. Solo he podido ir siete días este año por culpa de la pandemia . Me perderé eso, pero no me importaría no ir a Galicia si es por estar en Tokio.

—¿Qué hacen en esos veranos allí?

—Nada en especial. Tenemos una casa grande, donde nos juntamos todos, nos reunimos con mis tíos y mis primos y hacemos comidas familiares y charlamos. Lo que no podemos hacer durante el año. Me gusta ir a la playa y comer lo que no como en la temporada. Me ayuda a eliminar el estrés mental de la competició­n.

—¿Qué le pedirá a su madre cuando vuelva de los Juegos?

—Si consigo estar allí, cuando vuelva me dará igual. Lo que sea que haga ella, que está todo muy rico. Echo mucho de menos su comida y ahora cuando he vuelto esos días de vacaciones le pedí unas albóndigas. Nada especial. Algo así será al regreso de Tokio.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain